Gabriel González / La Capital
"Es fácil pedir sin decir de dónde saco", descerrajó ayer el secretario de Hacienda, Oscar Lamberto y así replicó críticas del diputado Jorge Obeid respecto de un nuevo recorte de los fondos de coparticipación federal que amenaza con complicar aún más el manejo de las cuentas públicas santafesinas. En diálogo telefónico con La Capital , el funcionario que integra el equipo de Jorge Remes Lenicov, dijo que las provincias y los parlamentarios no pueden desentenderse de las políticas del gobierno que ellos mismos alumbraron y advirtió: "Hacemos todo lo posible para cumplir los acuerdos incumplibles que firmó un gobierno débil, pero tenemos un límite". -Hay mucha preocupación en la provincia porque se caen 90 millones de la coparticipación. -El problema hay que ponerlo en su justa medida. Nosotros nos hicimos cargo de un gobierno que se fue y en el interín hubo cuatro presidentes que también se fueron, en medio de una crisis fenomenal, con un lamentable saldo de muertos para la Argentino. Y nuestro gobierno es un gobierno de transición, de origen parlamentario con acuerdo de las provincias. Como la gestión no fue elegida por la gente, su Ud. lo eligió no puede ser que se comprometa con el presidente y luego sea ajeno a las políticas que se apliquen. En ese marco, pretender que nada cambió y que todo está igual a como era dos meses atrás es ser miope, porque tenemos que ser conscientes de que hay un déficit de 12 mil millones, estamos en cesación de pagos, sin crédito y con las relaciones hacia el mundo cortadas. En un país que está en quiebra pensar que hay derechos inmutables adquiridos no es serio, hay que ver como se reparten las cargas para que el país pueda funcionar y para todos. -Obeid dijo que habrá que discutir muchas cosas del presupuesto. -Obeid denota falta de conocimiento sobre cómo se hace un presupuesto. Es fácil pedir sin decir de dónde saco, si no hay recursos y la gente tiene problemas para pagar los impuestos, no queda otra fórmula que reducir el gasto, salvo que alguien quiera cometer el desatino de emitir sin control, pero en tal caso yo ya no sería el secretario de Hacienda, porque no estoy dispuesto a volver a cometer los desmanejos del pasado y generar inflación. Se está intentando cumplir acuerdos incumplibles de un gobierno débil que en su momento firmó cualquier cosa. Estamos tratando de hacerlo pero tenemos el límite de los recursos, Tratamos de cumplir casi con todos, sostener recursos para la hidrovía, autopista, las obras de la laguna La Picasa, las deudas del incentivo docente y el financiamiento de la Caja de Jubilaciones. Con respecto a la coparticipación, la intención es garantizar un piso que se pueda cumplir y diferir lo que quede para el año próximo. Si alguien tiene otras ideas que las traiga, porque Cristo es el único que puede multiplicar los panes y los peces. -¿Cuál es el límite para el ajuste? -Estamos en el día a día. La Argentina vive en medio de una tremenda crisis y a las cuentas públicas les pasa lo mismo que al común de la gente. Hay que vivir con lo que se recauda y tratar de ordenar los pagos. En enero bajamos 400 millones de gasto. Como si fuera una municipalidad estamos tratando de contener el gasto hasta que vuelva el crédito internacional y se ponga la economía en funcionamiento. -¿Se puede pensar en un ajuste de personal? -Desafectar a los agentes estatales es hoy muy difícil, porque hace falta plata y tiempo. Las reformas estructurales tendrán que venir pero no se pueden aplicar ahora cuando recién estamos apagando el incendio. -¿Y la posibilidad de licenciar empleados para ahorrar costos de funcionamiento? -Ojalá que no lo tengamos que instrumentar, pero si no tengo para pagar la cuenta de la luz y el teléfono tengo que buscar una fórmula para usarlos menos y no tener problemas con los proveedores de servicios. El no pago y el consecuente conflicto no pueden ser la fórmula para resolver el tema. -El FMI desliza que el presupuesto que Ud. elaboró está dibujado. ¿Cómo lo defiende? -Hay que ver quién lo ataca. Los sectores más conservadores dicen que hace falta más ajuste, y los que se dicen progresistas lo critican porque tiene recortes por todos los lados. Yo humildemente sostengo que es un proyecto defendible y sustentable, dentro de lo que se puede hacer hoy en día. El gran drama es que los recursos son escasos y que si hacemos feliz a mucha gente los números no cierran. -La caída de la promoción industrial genera mucha resistencia. -Si el país entero aportó durante muchos años para que existiera el régimen de promoción industrial que favoreció a algunas provincias, parece legítimo pensar que esas jurisdicciones resignen esos recursos hasta que el país ponga en marcha su producción. Pero si no prospera habrá que buscar otro recurso que lo reemplace, porque milagros no se pueden hacer. -El gobierno aspiraba a una rápida aprobación del presupuesto. ¿Puede traer problemas un retraso? -Desde el punto de vista administrativo se puede ir manejando con el ejecutado de 2002, pero una rápida sanción sería una señal de respaldo del Parlamento al Poder Ejecutivo vamos a tener un problema. -El ministro de Hacienda Mercier se queja porque la Nación les coloca los títulos Lecop a las provincias y se queda con los pesos. -Los Lecop tienen que desaparecer porque tiene que existir una sola moneda y no la cantidad de papeles que andan dando vuelto. Hoy la Nación acepta los títulos para pago de impuesto y vuelven como fondos coparticipables, pero vamos a reemplazar los Lecop por pesos. -El FMI viene planteando que salga rápida una nueva ley de coparticipación. ¿Es factible? -Sería bueno llegar a un acuerdo definitivo entre Nación y provincias, que hoy tienen tantas rigideces y obliga a negociaciones interminables que terminan siendo un cúmulo de compensaciones. Si hubiera voluntad política sería un buen momento para hacerlo, y allí volvemos al tema del principio. Darle licencia a los agentes estatales es una fórmula.
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