Año CXXXV
 Nº 49.389
Rosario,
miércoles  13 de
febrero de 2002
Min 20º
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Cómo recuperar el sistema bancario

Con diez años de déficit fiscal del orden de los 10 mil millones de dólares anuales, ya cortado el ingreso de capitales de inversión a la Argentina, el último gobierno tomó el poder y en lugar de valientemente enfrentar el gasto, desperdició su caudal político y trató de mejorar la situación aumentando la carga impositiva sobre los que ya pagaban. La última gestión económica repitió la receta generalizando impuestos de difícil evasión y aumentando la presión impositiva. Pero llegado al límite, el sector privado respondió a cada nueva presión con un achique resultante de las empresas que no la soportaron. El Estado ya había absorbido todos los recursos financieros dejándolos indisponibles para el sector privado. Los gobiernos provinciales comenzaron a usar la receta de la financiación en bonos en el mercado interno. La falta de credibilidad y los ahogos financieros comenzaron a incrementar el riesgo país lo que llevó a una situación límite en octubre pasado. El costo de ingresar capitales a la Argentina era tan alto que cesó su ingreso al país y los que estaban sólo querían salir. Por eso me atreví a publicar en ese entonces, bajo el nombre "Creer para crecer" una serie de medidas que entendía rápidamente restablecerían el crédito y reactivarían la economía. Desgraciadamente el plan de noviembre hizo lo contrario, presionando a los acreedores con quitas y agregando más impuestos y subsidios. Aumentó la certeza de todos que la situación era explosiva y aceleró la fuga de capitales. Al extremo que el 1º de diciembre se instaló el "corralito" para evitar, por la fuerza, la fuga de los mismos. No era necesario devaluar. Si se hubiera reducido el gasto público y aumentado la eficiencia del Estado, hubiera aparecido el crédito y se hubiera reactivado la economía. La devaluación no sólo empeora la relación deuda-PBI, sino que además altera todos los precios relativos desatando una puja por el ingreso que sólo fricciona y frena la economía.
Daniel dos Reis


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