Año CXXXV
 Nº 49.387
Rosario,
lunes  11 de
febrero de 2002
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Por una crisis amorosa, mató a once personas
A un vigilador sudafricano lo dejó la novia y enloqueció. Disparó en una casa, en un bar y en la calle. Y se suicidó

Obnubilado por una ruptura sentimental, un custodio privado generó un río de sangre en una ciudad de Sudáfrica. En un lapso de una hora, mató a disparos a once personas y posteriormente se suicidó en las inmediaciones de East London, una localidad portuaria cercana a Durban, en una escalada de furia y locura en la que también resultaron heridas de bala otras siete personas.
Bulelane Vukwane, vigilador privado de 29 años, no había podido soportar que su novia lo dejara después de una relación de siete años, según explicó un portavoz policial. El raid criminal del joven comenzó en la casa de los padres de la joven, en un barrio negro, y tuvo su momento de mayor violencia en un bar que frecuentaba la chica. El asesino no terminó allí su enloquecida cacería: se tiroteó con policías que intentaron ponerle freno y finalmente usó su arma para quitarse la vida.
En la noche del sábado, lo único que Vukwane deseaba era encontrar a su antigua pareja. Lo primero que hizo fue dirigirse a la casa familiar de la chica, quien salió a la calle tras ser convencida por un amigo. Cuando lo hizo recibió varios disparos mortales. Uno de ellos en la cabeza.
El asesino había llegado en coche a casa de los padres de la muchacha. Cuando se escuchó el estampido de las balas la gente que estaba en la vivienda salió a la calle. Allí mató a un invitado primero. Luego acabó con la vida del padre de su ex novia y de otros dos de sus familiares.
Por último, se introdujo en un bar y abrió fuego como loco a su alrededor. Al primero que le disparó fue al propietario, Nosisi Skweyiya, de 50 años.
Otras cinco personas, entre ellas clientes que se encontraban en el bar, automovilistas y peatones, fueron abatidas antes que Vukwane se quitara la vida tras ser rodeado por la policía. El vigilador privado intentó atrincherarse en su casa tras estrellar su automóvil contra un arbusto. Y antes de suicidarse mantuvo un tiroteo con la policía.
"Los miembros de una familia fueron asesinados de forma brutal. Esta es la primera vez en 16 años de servicio que vi a tantos oficiales consternados", comentó Gops Govender, titular de la unidad de detectives de East London.
"No lo podemos creer pero sucedió", dijo el comisionado de la policía, Sipho Mtongoma, durante una rueda de prensa. Otras siete personas resultaron heridas de bala y fueron trasladadas a un hospital donde se hallaban en estado crítico pero estables, informó anoche la Asociación de Prensa Sudafricana.
La República Sudafricana tiene el índice de criminalidad más alto del mundo. Tan sólo en 2001 se cometieron 21.000 asesinatos, gran parte de ellos en relación con problemas familiares o sentimentales. (DPA-Reuters-Télam/SNI)


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