En el carnaval brasileño no falta fiesta ni violencia

La presencia de Barbara Bush en Río de Janeiro, la violencia en San Pablo y la lluvia en todo Brasil marcaron las primeras horas del Carnaval más grande del mundo, donde a duras penas la tradición logra imponerse al modernismo estilo Hollywood. Mientras en Río la alegría desbordaba, en San Pablo se cometían 24 crímenes en diferentes episodios de violencia, según informó la policía.
Durante la primera noche no faltó derroche de alegría, violencia y también algo de lujuria en medio del temor por el sida, para lo cual se distribuyeron gratuitamente 8 millones de preservativos.
El arribo de la ex primera dama y madre del actual mandatario estadounidense, Barbara Bush, agregó un ingrediente de extrema seguridad policial. En torno al exclusivo hotel donde se hospeda la madre del actual presidente George Bush, fue montada una impresionante operación de seguridad que se reiteró anoche en el sambódromo carioca.
Frente al elegante camarote de la Brama, la más grande fabricante de cerveza de Brasil, y a los ojos de la ex primera dama anoche comenzaron a desfilar 14 "escolas de samba" del denominado Grupo Especial, es decir la élite del carnaval carioca.
Por la paserala del sambódromo carioca desfilarán 60.000 personas envueltas en un espectáculo cuyo montaje costó un poco más de un millón de dólares.
En San Pablo las cosas fueron más turbulentas. En el mismo sambódromo paulista de Anhembi, en el norte de la ciudad de 16 millones de habitantes, una veintena de delincuentes armados según la policía ingresaron y en una acción "relámpago" arrasaron con billeteras, relojes, teléfonos celulares y joyas en un sector del público.
Mientras en Salvador, capital del nordestino departamento de Bahía, se intentaba revivir las costumbres y el folklore de origen africano, en Fortaleza un millón y medio de personas formaron una comparsa con símbolos de la guerra de Afganistán. (Ansa)