Miami. - El gobierno estadounidense decidió ampliar la cooperación militar a Colombia con el proyecto de creación de un mecanismo eficaz e inmediato de protección de la red de oleoductos, un plan que está en consideración en el Congreso en Washington. El diario The Miami Herald publicó ayer que la iniciativa es un desafío para el jefe de Estado George W. Bush porque supondrá intensificar la ayuda militar a Colombia y la apertura de un frente para combatir directamente a los grupos guerrilleros.
El ex presidente Bill Clinton, que fue el promotor del Plan Colombia que asignó 1.300 millones de dólares para atacar al narcotráfico y sus relaciones con los rebeldes, declaró su respaldo a la ampliación de la ayuda militar al presidente Andrés Pastrana.
Blanco de 930 atentados
Bush ha solicitado 98 millones de dólares al Congreso para crear una unidad militar de vigilancia aérea y terrestre permanente de la red de oleoductos y la instalación de un sistema de sensores. "Las tuberías con más remiendos en el mundo son los oleoductos colombianos", publicó el Herald. En los últimos 16 años el oleoducto que une a Caño Limón con el puerto de Coveñas fue dinamitado 930 veces por la guerrilla ante la impotencia del gobierno y las compañías petroleras. "EEUU dice que no está dispuesto a tolerar más el estado de indefensión de Colombia", afirmó el diario.
Se calcula que los sabotajes y destrucción parcial de los oleoductos ocasionan una pérdida mensual de 40 millones de dólares, promedio, además de los irreparables y cuantiosos daños ecológicos que, comparados, serían equivalentes a ocho derrames de crudo como el ocurrido en Valdez, Alaska.
Para la guerrilla, especialmente para el procubano Ejército de Liberación Nacional (ELN), los atentados a los oleoductos fueron una fuente permanente de financiamiento a través de las extorsiones a las empresas y el beneficio de las regalías petroleras con la complicidad de políticos ligados a los rebeldes. La mayoría de los atentados contra Caño Limón han ocurrido a lo largo de los primeros 100 kilómetros de trayecto, en el departamento de Arauca, cuyas arcas reciben 100 millones de dólares anuales por regalías petroleras.
Pero el ELN, según publicó el Herald, limitó los daños de modo que no se interrumpiera la producción. El grupo guerrillero, paradójicamente, estableció una empresa encargada de reparar los destrozos. En 1983, cuando el ELN estaba amenazado con la disolución, halló una fuente de financiamiento con los pagos por 20 millones de dólares hechos por la multinacional Manesman para dejar que terminaran el tendido de la tubería petrolera, informó el Herald. (DPA)
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