Año CXXXV
 Nº 49.387
Rosario,
lunes  11 de
febrero de 2002
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Sería el primer argentino en ser deportado de ese país
Un joven estudiante rosarino podría ser expulsado de España
Fue acusado de agredir a la policía en una manifestación. Su caso generó un cacerolazo de solidaridad en Málaga

Un joven rosarino podría convertirse en el primer argentino en ser expulsado de España, luego de que ese país endureciera las leyes de residencia para extranjeros. Se trata de Nicolás Sguiglia, un estudiante de sociología a quien se lo acusa de haber protagonizado "alteraciones del orden público" durante una manifestación en contra de la deportación de ocho marroquíes. Sin embargo, testigos del hecho aseguran que Nicolás fue "brutalmente agredido" por la policía. El caso produjo en España una campaña de solidaridad para evitar su deportación y hasta un cacerolazo. Es más, el Colegio de Abogados de Málaga le exigió a las autoridades que expliquen lo sucedido.
Nicolás tiene 25 años y vive desde hace unos cuatro en Málaga, donde trabaja en un café cultural al tiempo que estudia sociología. Es hijo del escritor y economista rosarino, Eduardo Sguiglia, quien está radicado desde hace algunos años en Buenos Aires.
La historia que podría terminar con su deportación comenzó el mediodía del 29 de enero pasado. Ese día, Nicolás y unas treinta personas más se concentraron ante la puertas del Centro de Internamiento para Extranjeros de Málaga, en protesta por la inminente deportación de ocho marroquíes.
Hasta allí llegaron efectivos de la policía, quienes -según tituló el diario El País de Madrid- produjeron un "violento desalojo" que culminó con la detención de Nicolás y de un joven español, quienes al otro día fueron liberados por orden de un juez.
El procedimiento fue visto por decenas de testigos y por una abogada que se encontraba dentro del Centro de Internamiento visitando a un grupo de inmigrantes, quien aseguró al diario El País que "varios agentes les dieron una paliza" a ambos jóvenes. Los dos muchachos tuvieron que ser conducidos a un hospital para reponerse de las múltiples heridas ocasionadas.
Según denunció la Agencia en Construcción Permanente, una agencia de noticias que publica informaciones en Internet, "a Nicolás lo tiraron al suelo y lo golpearon con patadas y puñetazos entre varios policías". Al ver esto, la abogada comenzó a gritar para frenar la agresión, pero fue echada del lugar por los uniformados. Toda esta situación generó que el Colegio de Abogados de Málaga le enviara un escrito al subdelegado de Gobierno de esa ciudad pidiéndole explicaciones sobre lo sucedido.
Mientras tanto, en Internet ya se lanzó una campaña para evitar la deportación de Nicolás, a quien se lo define como "un militante antifronteras". Es más, el sábado 2 de febrero, un nutrido grupo de personas realizó un cacerolazo en la puerta de la subdelegación de Gobierno de Málaga exigiendo que no se lo expulse.
Si bien Nicolás posee pasaporte italiano, nunca tramitó la residencia española, lo que podría determinar su deportación a Italia. Las autoridades españolas lo acusan de "atentado y lesiones contra la policía", cargo que el joven niega enfáticamente. Profesores de la Universidad de Málaga y varios columnistas de diarios locales repudiaron la agresión policial.



La policía intervino en la protesta en Málaga.
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