Año CXXXV
 Nº 49.386
Rosario,
domingo  10 de
febrero de 2002
Min 17º
Máx 32º
 
La Ciudad
La Región
Política
Economía
Opinión
El País
Sociedad
El Mundo
Policiales
Escenario
Ovación
Suplementos
Servicios
Archivo
La Empresa
Portada


Desarrollado por Soluciones Punto Com





Opinión
Arranca una semana decisiva

Edgardo Alfano

Los próximos siete días marcarán el rumbo que tomará, no sólo el gobierno de Eduardo Duhalde sino, en definitiva, el país. El dólar quedará en libertad después de muchos años de convertibilidad y el ministro Jorge Remes Lenicov iniciará una delicada negociación con el Fondo Monetario Nacional (FMI), para intentar alcanzar el auxilio financiero que el gobierno necesita para que haga pie el plan económico.
Sólo un poco más de un mes lleva Duhalde en la Casa Rosada, pero, como lo dijo el propio jefe de Economía en el Congreso, parece toda una eternidad. El país sigue en el fondo del barranco, el clima de agitación social se mantiene alto y peligroso, el corralito bancario -aunque modificado y flexibilizado- continúa, la gente no deja de cuestionar a los tres poderes del Estado y la economía parece estar atada al éxito de la política de liberación del dólar y de las negociaciones con el FMI.
Demasiados problemas y muy serios para una Argentina que está aislada en el mundo, pese a las muestras de solidaridad de los Estados Unidos y las principales naciones europeas. El reclamo parece ser el mismo. Habrá ayuda pero piden a Duhalde un plan económico sustentable para el mediano plazo. Y ese tiempo se extiende por lo menos hasta el 2004. El propio titular del Banco Central y ex hombre del FMI, Mario Blejer, admitió que en el Fondo no hay importantes cuestionamientos al Presupuesto 2002. Le han dado un guiño al gobierno pese a las dudas que pueda generar. Destacó que el problema radica en lo que sucederá en los próximos dos años. Hay un mar de dudas al respecto.
Existe, indudablemente, una diferencia de tiempo entre las necesidades del país y los condicionamientos externos. La Argentina necesita la ayuda ahora, pero también es cierto que el gobierno debe recrear una red de seguridad y generar confianza ante los acreedores externos. El corralito no sólo es interno. Al país se lo aisló en el mundo y sobre todo en Latinoamérica para evitar cualquier efecto contagio. Remes Lenicov se reunirá con el titular del FMI, Horst Köhler, cuando la liberación del dólar haya dado sus primeros dos días de vida.

Futuro muy cercano
En el gobierno esperan días difíciles, pero confían en poder controlar finalmente el comportamiento de esa divisa. No les falta optimismo, piensan ubicarlo entre 1,50/1,60 pesos en uno o dos meses. Por ahora sigue siendo un "secreto de Estado" la manera en que el Banco Central intervendrá en el mercado para evitar que se dispare la divisa. Los conflictos de poderes también preocupan al exterior. El juicio político que se promueve en la Cámara de Diputados a los integrantes de la Corte Suprema de Justicia genera una importante atención en los centros de poder económico. No porque algunos miembros de la Corte no merezcan el juicio político, sino por las dudas que despierta el futuro de la seguridad jurídica en la Argentina, sobre todo para las empresas extranjeras que invierten en el país.
El "corralito" financiero sólo fue el disparador para que los legisladores hicieran suyo uno de los reclamos en los constantes "cacerolazos" que sacuden a diario al país. En el medio de la tormenta, Duhalde trata de mantener firme el timón y dar señales de los pasos que está dispuesto a dar su gobierno en materia política, mientras el nuevo plan económico lucha por el éxito de su vida. Además, el peronista bonaerense se esfuerza por demostrarle al gobierno de George Bush y a otras naciones que no comandará una administración "populista".
Por eso cayeron muy mal las declaraciones del director de la CIA, George Tenet, quien dijo ante el Senado de los Estados Unidos que el gobierno de Duhalde tiene una "delgada" base de sustento político.
De todas formas, y en medio de las expectativas por el futuro del dólar y las negociaciones con el FMI, el presidente lanzó la anunciada reforma política, que contempla un nuevo cambio en la Constitución Nacional.
La reducción del gasto político y la renovación de la clase dirigente de la Argentina es otro de los reclamos constantes de los "cacerolazos", que cada vez tienen un mayor colorido político.
Lo que fue un reclamo espontáneo, sobre todo de la clase media argentina, sometida al corralito, fue convirtiéndose con el correr de las semanas en escenario de disputa de diversas fuerzas políticas (la mayoría de izquierda) para capitalizar y controlar los "cacerolazos".
El gobierno espera con la reforma reducir los gastos de la política en unos 1.000 millones de pesos y eliminar unos 7 mil cargos -entre los que figuran legisladores nacionales, provinciales y concejales- y 21 embajadas y 15 consulados en el exterior.
Duhalde aspira a llevar al país hacia un sistema parlamentarista, lo que permitiría colocar redes políticas para las instituciones, en las futuras crisis que pueda afrontar la Argentina.
Esta claro que la reforma política que promueve Duhalde está condicionada por la evolución de la crisis y el éxito de la política económica. Los próximos días tendrán la respuesta.


Diario La Capital todos los derechos reservados