Cuando el martes pasado los habitantes de Victoria se enteraron que el puente principal de la conexión con Rosario estaba concluido, la alegría estalló en las calles. Una caravana de autos haciendo sonar sus bocinas se abrió paso hasta el obrador para celebrar la unión, al tiempo que otros victorienses desempolvaron banderas argentinas, algunos petardos que habían sobrado de las fiestas y hasta las míticas cacerolas, para dar rienda suelta a su alegría.
Pese a que la continuidad de la obra más importante de la región está por estos días en dudas (oficialmente la inauguración está prevista para junio de este año), la vecina ciudad ya se prepara para recibir el impacto que le ocasionará quedar definitivamente conectada a Rosario. Y ya hay obras que comienzan a cambiarle la fisonomía. Se prevé que en cinco meses estarán construidas las primeras casas de un paradisíaco country náutico que se alzará sobre la orilla, a 800 metros del puente. Además, en junio estará lista la estructura básica de un casino, que se inaugurará el año que viene junto a un lujoso hotel cuatro estrellas.
El martes pasado, nada hacía prever que la jornada en Victoria sería diferente a otras. Pero al mediodía todo cambió. Una radio informó que esa mañana se había terminado de unir la estructura del puente principal que conecta las costas santafesina y entrerriana, y la gente salió a festejar.
Una caravana de autos se formó espontáneamente y haciendo sonar las bocinas comenzó un lento peregrinar hacia el obrador. Desde las veredas, otros victorienses celebraron la unión con Rosario agitando banderas argentinas y hasta haciendo sonar sus cacerolas. No faltó tampoco quien hizo detonar los petardos que le sobraron de las fiestas.
Una "pelea" de cien años
"La verdad es que se peleó durante cien años para conseguir que se haga este puente, así que para nosotros fue una alegría enorme enterarnos de que la estructura principal estaba lista". De ese modo, el presidente del Centro Comercial de Victoria, Horacio Masares, describió ante La Capital la sensación que por estos días experimenta la mayoría de los habitantes de la vecina ciudad entrerriana.
El comerciante señaló además que se espera "con mucha ansiedad la finalización total de la obra", y admitió que los dueños de los negocios "se están capacitando para afrontar el desafío que significará quedar unidos a Rosario. Estimamos que se generará un mayor intercambio comercial", calculó.
Otro de los que se mostró exultante fue Adolfo Mittelman, dueño de una de las tiendas más tradicionales de la vecina ciudad y presidente de la comisión de apoyo a la vinculación Rosario-Victoria. "En un país que no tiene demasiadas cosas para festejar, a los victorienses nos llena de orgullo que se haya culminado el puente principal que nos une a Rosario", aseguró.
Mittelman también se mostró ansioso por la finalización total de la obra y subrayó que no lo asusta la idea de que la vida en Victoria pueda cambiar después de quedar definitivamente unida a Rosario. "Habrá que caminar un poco más después de estacionar el auto", señaló.
Lo cierto es que el día en que la conexión finalmente quede inaugurada, Victoria tendrá que haber cambiado su fisonomía de manera importante. Y esto es lo que desvela por estas horas al flamante intendente, Jorge Valverde. "Para los victorienses, la culminación del puente principal fue un hito trascendente", aseguró el jefe comunal, al tiempo que confesó su preocupación por la nula concreción de obras complementarias. "La verdad es que los accesos al puente del lado de Victoria están muy deteriorados. La ruta 11 no está preparada para recibir el impacto que significará el arribo de gran cantidad de autos, por lo que se están haciendo gestiones para acelerar estos trabajos", indicó.
La nueva Victoria
Pero el puente ya empezó a impactar en la fisonomía de Victoria, que se prepara para ser una nueva ciudad una vez que la conexión esté concluida. La Intendencia está desarrollando un plan de organización urbana que estará listo en pocos meses y que, entre otros aspectos, prevé la construcción de una nueva terminal de ómnibus y el ensanchamiento de las calles.
Mientras tanto, dos megaproyectos privados ya se abren paso en la costa y con vista privilegiada al puente. Se trata de un paradisíaco barrio privado, El Solar de Victoria, y de un hotel cuatro estrellas con casino.
"Estimamos que la estructura básica del casino estará lista en cuatro meses y el hotel se terminará de construir en marzo de 2003", adelantó Osvaldo Rodríguez, uno de los arquitectos de la firma Cachero y Kozuch, la constructora que lleva adelante el proyecto.
Rodríguez explicó que "hoy está ejecutado un 20 por ciento de la obra. Se hizo todo el movimiento del suelo y se está trabajando en la estructura de hormigón armado", indicó.
Mientras tanto, a 800 metros del puente, El Solar de Victoria también avanza. "Estamos asfaltando toda la zona, ya tenemos 83 lotes que cuentan con todos los servicios y además se plantaron 400 especies de árboles y estamos por incorporar 350 palmeras", explicó el ingeniero encargado de la obra, Andrés Donato.
El profesional estimó que "en cinco meses ya estarán construidas las primeras casas", con lo que el country náutico le comenzará a cambiar la fisonomía a la costa entrerriana. El predio tendrá una laguna central, todos los terrenos contarán con salida al río y amarras para embarcaciones, y hasta habrá un club principal con confitería, gimnasio, piscina y solarium.
Y los victorienses festejan. El puente ya es una realidad y los futuros desafíos no los asustan.