Año CXXXV
 Nº 49.384
Rosario,
viernes  08 de
febrero de 2002
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Denunciaron discriminación en un súper
Un desocupado acusó a un custodio por encerrarlo en un cuarto y hacerlo desnudar ante sus hijos

Paola Irurtia / La Capital

Un miembro de la Coordinadora de Desocupados denunció por discriminación a un supermercado de la zona sur de la ciudad luego de haber sido demorado y despojado de sus ropas frente a sus dos hijos acusado de tener "una actitud sospechosa". El episodio ocurrió el 31 de enero pasado y la denuncia fue presentada en la fiscalía de los tribunales provinciales, patrocinada por la Coordinadora de Trabajo Carcelario.
En relación al episodio, el responsable de la oficina de Defensa del Consumidor de la Municipalidad, Carlos Comi, señaló que la falta de normativas claras para las empresas privadas de seguridad es una de las causas que genera denuncias por la actuación de los custodios en los comercios.

El incidente
Osvaldo Marcelo Juncos había participado de dos asambleas de la Coordinadora de Desocupados el pasado 31 de enero. La última fue en el barrio 25 de mayo, de Oroño y Juan Canals, donde había preparado una olla popular, por lo que tenía su ropa impregnada con restos de hollín.
Al finalizar la asamblea, el hombre fue en bicicleta con sus dos hijos de 6 y 9 años hasta el hipermercado Libertad de Oroño y Battle y Ordóñez, donde llegó a las 22.30. Según la denuncia, en todo el trayecto los tres fueron seguidos por un móvil policial.
Juncos señaló que, cuando se encontraba dentro del supermercado eligiendo la mercadería que iba a llevar, se le acercó un vigilador privado acompañado de un policía uniformado que le indicó que se encontraba "en actitud sospechosa". El custodio acusó al desocupado de haberse guardado productos entre su ropa y a sus hijos de haber tomado una lata de gaseosa, además de tocar una pelota.
El hombre indicó que el custodio intentó revisar a sus hijos, a lo que se negó y luego lo llevó "a un cuartito" donde debió permanecer desnudo alrededor de media hora frente a sus hijos.
"Me revisaron la ropa y me hicieron soltar el cabello en medio de insultos que apelaban a mi color de piel y condición social", indicó Juncos, quien remarcó que el custodio se negó a identificarse. "Sólo le señalé que no tenían derecho a maltratarme de ese modo, que vulnera mi dignidad", señaló el hombre.
Juncos indicó que hizo la denuncia para "que no detengan a personas sin causa y las sometan a una humillación semejante". El hombre pretende que la justicia identifique al custodio e investigue si hubo un delito de discriminación.
Después del incidente, que fue presenciado por varios testigos, el hombre pagó con Lecops la mercadería adquirida y se retiró junto a sus hijos.
Carlos Comi, responsable de la oficina de Defensa del Consumidor de la Municipalidad, indicó que en la repartición se recibieron denuncias tanto de grandes como de pequeños comercios que cuentan con custodia privada y que de acuerdo a la gravedad de los casos y la demanda de las víctimas se procedió con diferentes mecanismos que abarcan desde una mediación o una reparación simbólica (como un pedido de disculpas público o privado) a un resarcimiento económico o, incluso, demandas judiciales.

Sin derecho
El funcionario señaló que los custodios privados no tienen derecho a demorar, requisar, ni hacer interrogatorios. "mucho menos a encerrar a nadie en una pieza y obligarlo a desvestirse", indicó. "Lo correcto es que si se sospecha de la comisión de un delito se presente una denuncia y actúe la fuerza policial", señaló.
Es una problemática muy preocupante y que en la mayoría de los casos cae sobre los más débiles, muchas veces mujeres, algunas personas de edad avanzada o de extracción humilde", indicó.
Comi señaló que la situación que generan los custodios, así como los mecanismos de alarma que muchas veces se activan por error da lugar a situaciones muy conflictivas, ya que concentra la atención de todos los presentes, y genera angustia, bronca e impotencia entre las víctimas que se ven sometidos a interrogatorios y requisas.


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