En la penúltima jornada de feriado cambiario que se termina hoy el dólar alcanzó a cotizar en las "cuevas" de la city porteña a 2,35 pesos por unidad. En Rosario, las operaciones con divisas fueron muy escasas y se ciñeron a los "arbolitos" de algunas oficinas con precios que oscilaron entre los 2,10 y los 2,20, mientras que en las casas de cambio y los bancos la operatoria fue nula. Por eso las expectativas están puestas en lo que ocurra el lunes, cuando se liberará el tipo de cambio tras once años de control.
Observadores locales señalaron que la actividad cambiaria ayer y en los días previos estuvo muy restringida y se limitó a los "arbolitos", aunque éstos últimos tampoco pudieron manejar un volumen que merezca consideración ya que en general necesitan "calzarse" en operadores más grandes como bancos o casas de cambio importantes. Sin ese respaldo, tampoco se animan a vender demasiado y encima este riesgo que asumen hace que los precios que pidan sean muy elevados como para tentar a un comprador sin demasiada desesperación.
Por otra parte, en la city local hubo quejas contra las restricciones en las operaciones que impondrá el gobierno -como la obligación de confeccionar declaraciones juradas- ya que no haría más que alimentar al mercado negro.
En la city porteña, pese a la escasez de dinero en todos los rincones, las pocas operaciones que se detectaron en la calle y en las "cuevas" se resolvieron a 2,35 pesos el tipo vendedor y siempre con una gran dispersión en los valores que en muchos casos dependían del monto de la operación.
Desde Rosario, los analistas conjeturan que el Banco Central saldrá a intervenir en el mercado para evitar una disparada, poniendo como límite una cotización en torno de los 2,10 ó 2,20. Lo que es un enigma es a cuánto saldrá a vender la autoridad monetaria. En principio, para el lunes se espera un pico de demanda, acumulada tras una semana de feriado y rumores.
Por lo pronto, se considera que el Banco Central tiene las reservas suficientes para ganar la pulseada con el mercado, por lo menos en el corto plazo. Mientras esté el corralito -indican- lo que se necesita para contener al dólar no es mucho.
Una de las razones para sostener la hipótesis de que el gobierno no dejará pasar al dólar de 2,10 ó 2,20 para intervenir es el riesgo que una depreciación mayor de peso opere como un disparador de la inflación. En ese caso, el camino de retorno sería mucho más difícil y agregaría otro frente de batalla al gobierno, sumado a la percepción que podrían tener los argentinos de que la situación se esté desmadrando.
Pero, más allá de sus intenciones, la clave para el gobierno es lograr un apoyo del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) para obtener fondos frescos.
Operadores de la plaza porteña indicaron que el gobierno decidió prolongar hasta el lunes el feriado cambiario a la espera de una señal de apoyo exterior y de cerrar un acuerdo con los exportadores, para que comiencen a liquidar divisas en el momento en que se abra el mercado. Si los exportadores comienzan a liquidar divisas -es decir cambiar los dólares ingresados por pesos- el billete verde podría volver a rondar los dos pesos.
Además, ayer se informó que desde el lunes las casas y agencias de cambio que operen en el mercado libre deberán registrar cada operación de venta de dólares con los datos personales y tributarios de cada cliente.
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En la city porteña el dólar llegó al tope de 2,35 pesos. |  | Ampliar Foto |  | |
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La Ciudad
