Año CXXXV
 Nº 49.382
Rosario,
miércoles  06 de
febrero de 2002
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El comercio prefiere "no vender" hasta ver la cotización del dólar libre
Para numerosos comercios y fábricas es más negocio no desprenderse del producto que perder en el cambio

Marcos Cichirillo / La Capital

"No vendo"; "No hay precio"; "Es precio dólar"; "El precio que te doy es hasta la puerta". Salvo raras excepciones, este parece ser el ranking de frases que afrontan los consumidores cuando intentan comprar en los comercios desde que comenzó la pesificación y que se agudizaron con los anuncios del ministro de Economía, Jorge Remes Lenicov, el último domingo. Algunos directamente sólo aceptan el billete verde contante y sonante.
Hasta el sábado pasado eran menos los que decían en voz baja que no vendían a pesar de intentar simularlo con las persianas levantadas. Desde el lunes los nervios hicieron perder las inhibiciones y sin moverse un centímetro de su postura dijeron "no vendo hasta el jueves".
La mayoría los empresarios rosarinos consultados ayer señalaron que prefieren no vender un sólo producto mientras dure la incertidumbre sobre cuál será el precio del dólar cuando se liberalice el mercado. Otros venden sobre supuestos valores futuros de la moneda estadounindense que alcanzan hasta los 2,15 por dólar. También están los que tratan de ajustar los márgenes para evitar al máximo trasladar los aumentos a los clientes. No faltan los que buscan "agarrar el último salvavidas antes de que se hunda el Titanic y aprovecharse de la situación" vendiendo con precios sobre las nubes, según confesó un gran comerciante del rubro de la construcción.Luego de los aumentos que se registraron en los comercios cuando se estableció el "dólar oficial", desde que se conoció la "flotación sucia" comenzó una carrera por desenfrenada por "salvar la ropa" y dependiendo el sector o procedencia del producto las cotizaron el billete estadounidense osciló en los últimos días entre 1,40 y 2,15, reconocieron los empresarios a La Capital.
El mayor impacto en los precios se notó en los productos importados. Respecto al aumento en los artículos nacionales, los comerciantes adujeron que la suba se debió principalmente a que en la conformación del valor existen grandes porcentajes de insumos importados que se pagan en dólares. Pero en la letra chica, muchos de esos elementos no alcanzan a representar el 20% del producto, pero igualmente aumentaron al ritmo del dólar.
En tanto, las ventas en todos los rubros cayeron en enero estrepitosamente, pero para un importante número de empresarios la ecuación con menor riesgo es "no vender" y esperar a que pase el vendaval.En varios rubros también comienza a notarse el desabastecimiento. El de insumos informáticos está entre los más palpables.
Las excepciones a la regla existen. Algunos firmas locales siguen apostando a vender como mejor opción y prefieren quejarse del corralito, la imposibilidad de otorgar financiación en estas condiciones y la pelea en el precio por pagar en Lecop o patacones. "Aceptamos todo, incluida la absorción del 3% que nos cobran las tarjetas de débito", resaltó el titular de una firma de electrodomésticos rosarina.
Como si se tratara de una olla a presión, los dueños de comercios e industrias locales esperan que la situación se estabilice en los próximos días, pero algunas firmas no aguantaron el embate y ya bajaron las persianas. Los empresarios consultados no dudaron en afirmar que "después de esto quedará un tendal de pequeñas empresas en el camino".


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