La UCR de Capital pidió la expulsión de De la Rúa

El plenario del comité Capital de la UCR aprobó la expulsión de Fernando de la Rúa del partido por su desempeño como presidente de la Nación, cargo que debió abandonar dos años antes en medio del caos, pero la última palabra la tendrá ahora el tribunal de conducta del partido.
La decisión de echar a De la Rúa de la UCR fue adoptada en la noche del lunes en el plenario del comité Capital, a partir de la propuesta del legislador terragnista Cristian Caram y que acompañaron con sus votos 42 de los 74 delegados presentes.
El legislador había presentado en diciembre al tribunal de conducta el pedido de expulsión del entonces jefe del Estado, pero una supuesta "lentitud" -según dijo- de ese órgano para estudiar el reclamo llevó al plenario a tomar anteanoche esta decisión para apurar los tiempos.
Lo que se aprobó en la sesión que comenzó a las 21 del lunes y concluyó pasada la medianoche es, en rigor, una declaración en la que se le manifiesta al tribunal de conducta la "voluntad política" de que haga efectiva en el "menor plazo posible" la salida de De la Rúa del centenario partido.
El diputado porteño explicó que si bien en cuanto al "procedimiento normal la declaración no agrega nada, en lo político sí lo hace porque ese tribunal está elegido por el plenario, cuya mayoría opina que hay que acelerar el proceso".
Los fundamentos del pedido de expulsión incluyen, entre otros puntos, que el ex presidente "se apartó de la doctrina de la UCR, defendió intereses y sectores que nada tienen que ver con la historia del radicalismo y terminó el gobierno con la tragedia de Plaza de Mayo", según reseñó Caram.
En concreto, la votación contra De la Rúa se definió 42 a 32. Quienes lo hicieron a favor de la expulsión fueron principalmente los delegados enrolados en las corrientes de Rodolfo Terragno y Jesús Rodríguez, en tanto se manifestaron en contra el delarruismo, el alfonsinismo y un sector del nosiglismo.
El tribunal de conducta está compuesto por once miembros que representan a todas los sectores, pero su composición, a juicio de Caram, es una "fotografía vieja" ya que tiene un "sesgo delarruista".