cartas

Anarquía educativa

Si bien en su momento se debatió públicamente la prioridad que ocuparía el idioma inglés entre otras lenguas extranjeras, a partir del séptimo año de la EGB no fue precisamente para estimular un negocio oportunista entre una demanda masivamente pública y una oferta estrictamente privada. Hoy muchos institutos educativos oficiales separan los cursos según el conocimiento previo de los alumnos, tanto en este idioma como en informática, incorporada en algunos casos arbitrariamente como tecnología. Dado que ningún título oficial se jerarquiza según el curso los estudiantes, garantizan su promoción eligiendo el más adecuado. Pero aquí lo más notable es el surgimiento de una clara discriminación subyacente entre los que tienen la posibilidad económica de acceder al mercado privado, a veces disfrazado de asistencialismo, y quienes sin alternativa dependen sólo de lo que les brinda oficialmente la escuela pública. Si realmente se pretende una educación pública y gratuita, comencemos por respetar la igualdad de oportunidades.
Víctor Inchaurraga