Año CXXXV
 Nº 49.381
Rosario,
martes  05 de
febrero de 2002
Min 19
Máx 25
 
La Ciudad
La Región
Política
Economía
Opinión
El País
Sociedad
El Mundo
Policiales
Escenario
Ovación
Suplementos
Servicios
Archivo
La Empresa
Portada


Desarrollado por Soluciones Punto Com






El final de Hitler según quien tomó su testamento
Traudl Junge recordó en un documental aspectos domésticos del dictador

Traudl Junge fue testigo de una de las escenas más dramáticas del Siglo XX: las horas finales de Adolf Hitler en su fortificado búnker subterráneo en Berlín, donde el dictador se suicidó en 1945 cuando colapsó el Tercer Reich. La mujer que anotó la última voluntad y el testamento del führer es el centro de un libro publicado esta semana y un filme que se estrenará mañana en la inauguración del festival de cine de Berlín.
“Entre más vivo y me vuelvo más vieja, es mayor mi sentimiento de culpabilidad”, dice Junge en la película “La secretaria de Hitler”. “Hoy puedo decir que él fue un verdadero criminal”, declara la anciana de 82 años, que vive en Munich, está enferma de cáncer y jamás estuvo afiliada al partido nazi.
Junge se convirtió en la secretaria privada de Hitler en 1942, a mediados de la Segunda Guerra Mundial, a los 22 años. Ella quería trabajar como bailarina, pero cuando supo que había una vacante en la cancillería puso en práctica sus habilidades con la mecanografía y la taquigrafía para obtener el puesto.
Lo que se desprende del relato de la secretaria no contiene rasgos sensacionalistas sino el resumen de la banalidad cotidiana del hombre que encarnó el horror en el planeta. “El era un afable hombre mayor que nos dio la bienvenida con verdadera amistad”, recordó acerca de su primer encuentro con Hitler. En esa ocasión, como Traudl temblaba de miedo, el dictador la tranquilizaba. “Niña, nunca podrías cometer tantos errores como yo”, recuerda que le dijo.
El dictador cenaba con frecuencia con sus secretarias, pero no abordaba temas polémicos. “Creí que estaría en la fuente de toda la información, pero estaba en un punto ciego. Era una ilusión. Esa fue la gran mentira”, dice Junge en el documental de 90 minutos filmado en su departamento, resultado de más de diez horas de entrevista.
Asimismo, dijo que sólo escuchó una vez la palabra en alemán para campo de concentración en la cancillería, usada por el líder de las SS, Heinrich Himmler. “Hitler nunca se expresaba sobre el tema con nadie. Nunca tuvo la sensación de que él estaba cometiendo crímenes conscientemente. Para él, esos eran ideales”, indicó Junge.
“Algunas veces pienso que si tuviera la ocasión de reunirme con Hitler de nuevo, le diría que si él descubriera que tenía sangre judía en su árbol genealógico, se habría asfixiado con gas”, agregó. Bajo el mando de Hitler, los nazis exterminaron sistemáticamente a seis millones de judíos durante la guerra.
El cineasta Othmar Schmiderer declaró que prefirió el monólogo de Traudl para dejar que ella contara su historia libre de cualquier distracción. Tanto él como el codirector Andre Heller dijeron que la película merecía ser más larga. “Uno debe tener el espacio y el tiempo para para mostrarla, y así poder conocerla. Era importante para mí mostrar cómo uno trata con ese pasado”, dijo Schmiderer.
El filme es más cautivador cuando Junge recuerda los días finales en el búnker cuando el Ejército Rojo se acercaba, a finales de abril de 1945. “Hitler perdió toda esperanza y se retiró”, dice.
Horas antes de que se casara con su compañera de mucho tiempo Eva Braun y luego se quitara la vida, él ordenó a Junge escribir su testamento. (Reuters-Ansa)


Diario La Capital todos los derechos reservados