Año CXXXV
 Nº 49.381
Rosario,
martes  05 de
febrero de 2002
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Ola de atracos en el paraje Los Caramelos, en Villa Amelia
Asaltan a un matrimonio y le roban 200 pesos
Los ladrones actuaron armados y encapuchados. Les adjudicaron otros golpes

Eduardo Caniglia / La Capital

Un matrimonio vivió la madrugada de ayer una odisea en una vivienda ubicada en un paraje ubicado a la vera de la ruta 18, en jurisdicción de la localidad de Villa Amelia, cuando fue asaltado por dos hombres encapuchados. Los ladrones inmovilizaron a la pareja, le robaron dinero y joyas y se fueron en el auto del matrimonio. La banda de los encapuchados ya atacó otras veces en la misma zona.
Raúl Ariel Toscano tiene 35 años y vive con su esposa, María Alejandra Becerica, de 34, y sus tres hijos en una casa situada en el paraje El Caramelo, en el kilómetro 14,5 de la ruta provincial 18. Detrás del lugar, hacia el este, se emplaza Villa Amelia. Toscano es el presidente de la cooperadora de la escuela del paraje y su mujer es docente de ese establecimiento.
La madrugada de ayer María esperaba junto a sus hijos que su esposo regresara de trabajar de Rosario. Cuando el reloj indicaba la 1.30, Raúl ingresó con un Volkswagen Polo de color rojo al jardín arbolado de la casa luego de que su esposa encendiera la luz que ilumina ese sector de la vivienda. Pero en ese momento el paso rápido de dos intrusos encapuchados inquietaron a la mujer.
"Yo no los había visto. Estaban escondidos detrás de un arbusto y cuando encendí la luz de afuera salieron corriendo hacia el auto", explicó María.
Entonces los intentos de la docente para alertar acerca de la presencia de los desconocidos fueron en vano. "Le hice señas de luces, pero él no lo entendió", comentó la mujer. Enseguida los dos hombres encañonaron al hombre con una pistola nueve milímetros y le dieron una orden precisa. "Metete adentro y decile a tu mujer que abra la puerta", gritaron los maleantes.
A pesar de los gritos de Raúl para que no lo hiciera, María salió al jardín. Una vez allí, los ladrones los obligaron a tirarse al suelo mientras le exigían la entrega de dinero. El matrimonio tenía "la poca plata" que le había quedado del mes anterior en sus billeteras pero la escasez de efectivo alteró a los asaltantes.

El fantasma de las alarmas
Entonces, María intentó ahuyentarlos con un argumento convincente cuando ya tenían los 200 pesos y el anillo de oro que le habían robado a la pareja: la casa tiene un sistema de alarma y si se activaba "en cualquier momento podría llegar la policía". En pocos segundos la presunción de la maestra se hizo realidad. Primero el sonido de la alarma del Polo cuando los maleantes abrieron la puerta del auto y después un llamado telefónico del operador de la empresa de seguridad que protege la casa preocuparon a los delincuentes. "Los tipos se pusieron más nerviosos pero me creyeron y por eso se fueron antes", dijo la mujer.
Aún con esa amenaza, uno de los ladrones golpeó a Toscano con el arma y le ató las manos. Después lo introdujeron junto a su mujer en el comedor, donde los dejaron encerrados. Luego se subieron al auto y unos quince minutos después abandonaron el lugar.
Los ladrones escaparon por un camino de tierra que atraviesa la ruta 18 en dirección al este, pero sólo recorrieron unos quinientos metros porque el vehículo volcó sobre la cuneta. Allí lo encontró la policía con algunas abolladuras, sin sus ocupantes que continuaron el escape a pie.
Ayer a la tarde María parecía tranquila, pero si preguntaba "que hubiese pasado si los ladrones entraban a la cocina y sonaba la alarma". Además asegura que no pudo reconocer a los asaltantes porque tenían "sus rostros totalmente cubiertos", aunque cree que no son de la zona.
La mujer aseguró que en los últimos meses ya fueron asaltadas "cuatro o cinco" de las 150 familias que viven en el paraje El Caramelo por la banda de los encapuchados y reclamó mayor presencia policial. "Necesitamos que un móvil recorra en forma permanente la zona porque ahora la policía demora media hora en llegar porque viene por un camino de tierra y a veces no hay vehículos".



El Polo del matrimonio estaba en un zanjón.
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