Washington. - Importantes políticos estadounidenses han insinuado la posibilidad de nuevas guerras. No obstante, por el momento hay pocos indicios de que, después de Afganistán, EEUU abra un nuevo gran frente en su guerra contra el terrorismo. Esto incluye a Irak, Irán y Corea del Norte, a los que el presidente estadounidense, George W. Bush, calificó de "eje de maldad". Tras la victoria en Afganistán, pasa a estar militarmente en un primer plano la creación de numerosas pequeñas líneas de defensa contra los terroristas con la ayuda de aliados. Sin que lo percibiera ampliamente la opinión pública, Bush ya había ofrecido en diciembre a algunos gobiernos interesados apoyo con dinero, asesoramiento y soldados.
Mientras tanto, hay que examinar el hecho de que ya comenzaron en Filipinas maniobras conjuntas contra los rebeldes musulmanes de Abu Sayyaf, con la participación de unos 660 soldados estadounidenses. "En la próxima etapa de la guerra contra el terrorismo se tratará básicamente de destruir infraestructuras terroristas en colaboración con otros países", dijo el almirante Dennis Blair, jefe del Comando Pacífico estadounidense.
Los riesgos de atacar a Irak
Hace semanas que los "halcones" presionan en el Congreso y en el gobierno para llevar la guerra a Irak y derrocar a Saddam Hussein. Pero la forma en que esto se llevaría a cabo es aún materia de controversia entre los expertos dentro y fuera del gobierno. El reconocido "think tank" Brookings Institution, con sede en Washington, estima necesaria una gran campaña terrestre para derrotar al ejército iraquí. Los riesgos de bajas y de un esperable rechazo internacional que una acción semejante conllevaría harían aparecer una segunda Guerra del Golfo como poco recomendable. Los peligros que amenazan actualmente desde Irak están acotados, Saddam está más interesado en mantener su poder que en cometer actos terroristas contra EEUU, según estos expertos. Sólo si esta suposición se mostrara errada, se justificaría una inmediata intervención militar, opinan.
El reclamo de movilizar a la oposición iraquí según el modelo de la Alianza del Norte en Afganistán encuentra también un gran escepticismo en Washington. Los opositores al régimen se encuentran profundamente divididos y juntos sumarían sólo una décima parte de las fuerzas iraquíes, señaló Brookings. Esta es una opinión compartida por el Departamento de Estado norteamericano.
Algo que retrató la situación de la oposición en el exilio fue recientemente la suspensión momentánea de la ayuda económica de EEUU debido a un manejo poco claro de la contabilidad. Washington duda si cumplir o no el deseo del opositor Congreso Nacional Iraquí (INC) de recibir formación militar.
En general, el entrenamiento militar para los aliados en el extranjero como parte de la campaña contra el terrorismo está particularmente de moda. Las cooperaciones militares aumentan velozmente, según un informe del instituto "Foreign Policy in Focus". Además de Filipinas, los nuevos candidatos son Etiopía, Yemen, Uzbekistán, Tayikistán, Kazajstán y Kirguistán.
Mientras que en 1992 se destinaron 22 millones de dólares para estas tareas, para el presente año están presupuestados 70 millones. La tendencia no es nueva: ya en 1999, antes de que Bush asumiera el poder, unos 100.000 efectivos policiales y militares en más de 150 países fueron entrenados en EEUU o en el exterior por militares estadounidenses o por empresas privadas contratadas para ese fin.
Una campaña contra el terrorismo con conducción local y apoyada claramente por parte de Washington no sería impopular en EEUU, tal como lo dio a entender el New York Times en un artículo. Pero, por otro lado, algunos especialistas en derecho civil señalan en tono crítico que las fuerzas armadas de esos países no suelen respetar los derechos humanos.
La acción en Filipinas ha despertado también temores de que EEUU termine en un conflicto mayor. "El Pentágono tiene una larga y vergonzosa historia de anunciar el envío de asesores cuando en realidad son combatientes. Esperamos que la administración Bush no juegue este juego", escribió The New York Times. (DPA)