"Dentro de este contexto de gran incertidumbre las decisiones que toma un empresario están más orientadas a algún tipo de integración entre las partes que a una campaña de búsqueda de mercado y marketing", analiza Miguel Molfino, socio gerente de Deloitte & Touch.
El asesor reconoce que las idas y venidas del gobierno "donde hasta la medida que salió ayer puede cambiar mañana", tiñen de una gran incertidumbre todo el panorama, pero insiste con que "las decisiones se tienen que tomar igual". En ese sentido sostiene que toda empresa necesita encarar "un buen programa" que deberá tener como piloto estrella al gerente financiero. "Vuelven a tener un valor agregado aquellos profesionales que soportaron la hiperinflación, el Tequila", comenta.
Molfino dice que la pregunta del millón es "¿Cómo me financio en un contexto de falta total de crédito?". Al respecto, apunta que se están armando en los distintos sectores "procesos del tipo asociativo, una cadena muy realista donde existe un fabricante, un vendedor y un cliente. Si quiero fabricar tengo que tener pedidos, y si quiero vender tengo que tener demanda", explica.
Quienes encuentren la fórmula para interactuar sin crédito tendrán buena parte del partido ganado, asegura Molfino. "Se dará cada vez con más frecuencia la situación de que un vendedor que no tenga espalda para financiarle al cliente le pasará los créditos al fabricante", señala y agrega: "La manera de darle seguridad a ese proceso es recurrir, por ejemplo, a un fideicomiso, echar mano de un instrumento financiero para aislar riesgos". Las nuevas formas de establecer vínculos en la cadena de pago serán las vedettes del 2002.
Molfino adelanta un futuro cercano en el cual se acortarán los plazos de financiación, donde las operaciones serán pactadas y cobradas en poco tiempo. "Hasta el año pasado había créditos hasta 15 años y con relativa facilidad de acceso. Ahora desaparecerán esos plazos y encima será muy selectivo".
"Lo que uno tiene que hacer es ir a los diarios de los 80 donde eran moneda corriente los planes de ahorro previo para comprar autos o televisores", dice Molfino. En aquellos años, la gente participaba de planes donde el sorteo era la forma de acceder a ese producto al que no se podía llegar de otra manera. "En el tema electrodomésticos se dará más tarde porque hoy la población está muy equipada, pero no hay dudas de que vuelven a surgir los negocios de la inestabilidad". En ese marco también retornan las casas de cambio y las financieras a ocupar los lugares que durante años le pertenecieron a los bancos.
Las inversiones
En el plano de las inversiones, Molfino considera que se avecina un período donde muchas empresas lejos de venir, partirán. Esto implica que habrá más desinversión que inversión, sobre todo por parte de compañías que no lograron el liderazgo hasta ahora. "Es probable que en muchos rubros las empresas locales mejor posicionadas se queden sin sus principales competidores. Incluso no descartó que alguna pueda comprar al que se quiere ir". En ese aspecto, también cree que "no está mal" que los empresarios pongan paños fríos a los proyectos que les impliquen desembolsar dinero. "No creo en eso de hacer la plancha, pero si hacer la plancha significa demorar un plan de inversiones, tal vez sea lo correcto".
Por otro lado, piensa que se dará un proceso de ajuste de aquellas corporaciones o negocios que se ramificaron mucho, y en este marco no pueden sostener esas estructuras. En esa lista, el sector financiero es uno de los candidatos firmes al cierre de sucursales. "Los bancos están en una situación muy delicada, están pensando ¿a qué nos vamos a dedicar? ¿volverán los depósitos?", señala.
La Ciudad
