-¿Cómo se reparten los roles? -Somos tres integrantes, Leonardo Ronco, Gustavo Sosa y yo. Todos en algún momento interpretamos distintos personajes, y Gustavo Sosa, que además tiene a su cargo la parte cómica del show, con una mayor interacción con el público. Es un mix de fragmentos de comedias musicales e imitaciones de mujeres bastante espectaculares. -¿Qué particularidades tiene que reunir un artista para que lo elijan? -Son caracterizaciones de divas o gente que está de moda como Natalia Oreiro o que tienen un fuerte impacto en lo popular. -¿Son siempre imitaciones o también incluyen la sátira o la ironía? -Hay cuadros que resultan tan fieles al original que nos decidimos por hacer una imitación más fidedigna, pero también tenemos cuadros donde el personaje queda con algo exagerado o ridículo dentro de lo estético que aprovechamos para explotarlo por ese lado. -¿Hay personajes que reúnan condiciones más para la sátira que otros? -Sí, Silvia Suller, por ejemplo. Yo quise hacer algo serio con ella, pero siempre termina pegando lo cómico. Hay cuadros que pegan así por más que uno quiera llevarlos para otro lado. También hay otros que no se podrían ridiculizar nunca, como Liza Minelli. -¿Para el título del espectáculo se subieron a la fama de la película? -Fue un poco de todo: trabajamos en el bar Rojo, y mientras pensábamos el nuevo espectáculo se nos ocurrió que las dos cosas estaban unidas. Como se empezó a dar a conocer así, a la semana tomamos el tema central de la película y ahora está completamente vinculado. -¿Hay personalidades nuevas o tienen que abordar los personajes conocidos? -Es difícil. Hay muchos artistas que cantan pero que no alcanzan la categoría de diva. -¿Qué entendés por una diva? -Es difícil de definir. Tienen que ser inteligentes, talentosas y populares. Creo que el público también construye la personalidad de una diva a partir de depositar o proyectar en alguien determinadas cualidades, que a veces no tienen nada que ver con el nivel de vida o el aspecto exterior. Hay muchos y muy buenos actores y actrices, pero no todos llegan a tener el magnetismo que necesita una diva. Entre las argentinas está Susana Giménez, que no canta, no baila, y en su imagen reúne esas características, y lo mismo sucede con Mirtha Legrand. -¿Ustedes aspiran a ese nivel de magnetismo sobre el escenario? -Personalmente me pasa que hace 17 años que hago estos shows y tengo un espectáculo desde hace cinco años en cartelera, pero me pregunto qué puedo hacer ahora de nuevo. Creo que en Rosario llegué al techo. Alcancé las posibilidades que da Rosario para el transformismo. -¿La imitación también tiene límites? -Para nada. La imitación es inagotable y siempre queda la posibilidad de además encararlo desde lo ridículo o lo más serio. Además todos somos actores y siempre está la posibilidad de crear. No somos sólo imitadores. "Moulin Rouge", va hoy, a las 22.30, en el Rojo Concert, Necochea 2198.
| Ponzio, Ronco, Sosa y su visión particular del estrellato. | | Ampliar Foto | | |
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