Año CXXXV
 Nº 49.379
Rosario,
domingo  03 de
febrero de 2002
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Boda real. El gobierno holandés mantuvo la exclusión de Jorge Zorreguieta
Los padres de la novia fueron los grandes ausentes a la ceremonia
El ex funcionario de la dictadura militar y su esposa siguieron las celebraciones por TV desde Londres

La ceremonia religiosa tuvo ribetes inusuales. Antes de que los novios se pusieran los anillos de boda, el pastor Carel ter Linden, quien ofició la ceremonia religiosa, sostuvo ante los novios y los 1.600 invitados especiales, que los padres de Máxima, los grandes ausentes en la boda, estaban en la mente de todos los presentes.
Jorge Zorreguieta, el padre de Máxima, fue excluido de la boda por decisión del gobierno holandés a causa de su vinculación con la pasada dictadura militar en su país, por lo que su esposa, María del Carmen Cerruti, resolvió por decisión propia tampoco acudir al casamiento en la capital holandesa. El matrimonio siguió las alternativas de las ceremonias desde Londres.
El pastor Ter Linden también pidió a los asistentes pensar un momento en Argentina, país que, según dijo, "está sufriendo dificultades tan dolorosas en estos momentos".
El pastor citó una carta escrita por Guillermo Alejandro sobre Máxima, en la que éste escribió: "Ella no se casa sólo conmigo, sino con todo un país".
Otro momento singular arrancó risas nerviosas a los novios. Fue cuando a Guillermo Alejandro le tocó ponerle la alianza a la novia y tuvo que emplear sus dos manos, y ella le ayudó un poco. Máxima, por su parte, le colocó el anillo sin problemas.
Máxima se mostró muy emocionada durante toda la ceremonia. Las lágrimas rodaron varias veces por sus mejillas, mientras el príncipe le sostenía la mano y la miraba cariñosamente. El también se emocionó en varias ocasiones.
Pese a que la ceremonia se desarrolló según el rito protestante, la religión adoptada por la Casa de Orange desde los tiempos de la guerra de liberación holandesa contra la España católica del rey Felipe II, se había autorizado la intervención del sacerdote católico argentino Rafael Braun.
A pedido de Máxima, la ceremonia tuvo un leve acento católico. El padre Rafael Braun leyó un pasaje del Libro de Ruth en español. También le preguntó en español a las madrinas de bodas de Máxima si iban a acompañar a la pareja de novios en su fe.
El pastor Ter Linden le había realizado las mismas preguntas a los padrinos de bodas de Guillermo Alejandro en holandés. La pareja de novios fue obsequiada con dos Biblias de la Iglesia holandesa protestante, una en holandés y otra en español.
La presencia del clérigo católico, amigo íntimo de la familia Zorreguieta, fue la última controversia política que empañó en días pasados los preparativos de la "boda del año" en Holanda.

Polémica con Braun
Braun, invitado a petición expresa de Máxima, había causado revuelo en medios políticos holandeses, tras conocerse declaraciones periodísticas en que el religioso defendía la pasada dictadura del general Jorge Rafael Videla como "guardián de la civilización argentina".
En declaraciones sumamente polémicas, reproducidas esta semana por la revista holandesa Vrij Nederland, Braun incluso había afirmado, según el periodista Jan Thielen, que "la tortura es inevitable en la lucha contra la subversión".
La presencia de Braun, cuestionada en medios políticos holandeses pero apenas objetada entre la población, no fue el único "toque" argentino durante la ceremonia religiosa. El bandoneonista holandés Carel Kraayenhof, director artístico del Sexteto Canyengue, interpretó el tango "Adiós Nonino", de Astor Piazzola, arrancando las lágrimas a una novia que a momentos parecía verse desbordada por la emoción.
La cantante de ópera Miranda van Kralingen interpretó el "Ave María" de Schubert y un coro entonó el himno nacional de Holanda, el "Wilhelmus", antes de que la pareja abandonara la iglesia en medio de los sonidos del "Aleluya" de Haendel.
A la salida de la iglesia, los príncipes fueron aclamados por un numeroso público que agitaba banderitas de color naranja y aclamaba eufórico a los novios cuando subieron al Carruaje Dorado, la carroza real holandesa, para un recorrido de media hora por el centro de Amsterdam. (DPA)



La ceremonia fue en el templo protestante Neuwe Kerk.
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