Buenos Aires.- A un año del asesinato del financista Mariano Perel y su esposa, ocurrido en un apart-hotel de la ciudad balnearia de Cariló, el caso sigue siendo un profundo misterio en el cual no hay ningún sospechoso y todo parece indicar que por ahora tampoco lo tendrá.
Es que después de 365 días de misterio, intrigas y preguntas, los investigadores acumularon unas 9 mil fojas de investigación pero no han podido descubrir quién ordenó y llevó adelante un "crimen tan perfecto", con un mensaje "tan claro" que hasta ahora no ha podido revelarse.
Mariano Perel, un experto financista de 55 años que se jactaba de hacer bien tanto los negocios en blanco como en negro, fue asesinado de un tiro en la cabeza la madrugada del 4 de febrero del 2001 en la habitación que ocupaba en el complejo Puerto Hamlet, del selecto balneario de Cariló.
Junto a él, su mujer, la psicóloga Rosa Golodnitzky, de 49 años, también recibió un certero balazo en la nuca disparado a menos de medio metro de distancia.
El asesino, antes de ejecutarlos, los había dormido con éter y luego había colocado prolijamente el arma que había usado, propiedad del propio Perel, en una de sus manos.
Pero en la escena del crimen había otra pista: un impreso de la computadora personal del financista donde podía leerse un mensaje en inglés, que había sido escrito dos días antes. "Soy un gringo colaborador del Citibank, muerto por no pagar el retorno de Ant Factory", decía el mensaje que abrió numerosos interrogantes.
Mientras tanto, ninguno de los 120 ocupantes del apart-hotel vio ni escuchó nada, y la primera en darse cuenta de lo que había pasado fue la mucama, que entró varias horas después para acomodar la habitación.
Pero tampoco aportaron pistas los hijos del empresario, Jonhatan y Valeria Perel, ni sus hermanos, ni sus amigos. Todos guardaron reserva de las operaciones de Perel y ni siquiera se constituyeron como querellantes en la causa. Lo único que dijeron fue que el financista no estaba deprimido como para pensar que pudo haber asesinado a su esposa y luego suicidarse.
Así, la muerte de Perel abrió una abanico de dudas y dio la pauta para que se intentara profundizar el lavado de dinero en la Argentina. Es que los negocios de Perel y un misterioso viaje a México que hizo una semana antes de su muerte hicieron creer a los investigadores que el crimen habría sido un "ajuste de cuentas" del Cartel de Juárez, una organización destinada al tráfico de drogas que habría lavado dinero en la Argentina.
Aunque parece ser la hipótesis más creíble, no hay verdaderas certezas sobre esa pista. Y tampoco pudo descartarse ni confirmarse que el doble homicidio haya sido la represalia de alguna empresa o persona importante que pudo haber sido extorsionado mientras se arreglaban sus negocios presuntamente sucios.
Una carta "instructiva"
Entre toda la documentación secuestrada en los allanamientos que se hicieron en la causa, los investigadores siguen dándole vueltas a un documento de 31 carillas escrito en 1997, cuando Perel estaba siendo investigado judicialmente por su accionar en el Banco Mercurio. Ese documento parecía una especie de "instructivo" legado a su familia por si algo le ocurría.
"Tengo mucho miedo de que bajo alguna trampa nueva o alguna maniobra que en este momento no puedo vislumbrar cómo vendrá, me hagan detener o peor aún simulen algún accidente en prisión si me llevan allí, o fuera de ella, si sigo como hasta ahora, o hagan aparecer que me estoy suicidando, cosa que está muy lejos de mis intereses", decía.
Perel vivió cuatro años más antes de que se cumplieran sus temores. Y ahora la causa por su muerte y la de su esposa parece destinada a cerrarse. Es que los fiscales de Dolores María Claudia Castro y Pablo Santamarina, que tienen en sus manos la investigación, no han podido encontrar ni sospechosos ni respuestas. (DyN)