Unos cien vecinos autoconvocados del Fonavi de bulevar Seguí y Rouillón y los barrios Hipotecario, Libertad y Bolatti realizaron anoche un cacerolazo en reclamo por mayor seguridad en ese sector del oeste rosarino. Cansados de los robos a mano armada a peatones, asaltos a comercios, saqueos a viviendas y robos de motos y bicicletas que se producen "a toda hora", los vecinos cortaron la calle, quemaron gomas e hicieron sonar ollas, botellas y bombos para reclamar una mayor presencia policial; además de exigir planes de empleo, mejoras en el transporte público de pasajeros, y que no se produzcan cortes por falta de pago en los servicios de luz y gas.
La protesta comenzó pasadas las 19 en la esquina de Viedma y Magallanes, frente a la vecinal 13 de Marzo. Desde allí, y agitando pancartas donde hicieron constar sus reclamos, los vecinos marcharon hasta la intersección de Seguí y Rouillón, donde cortaron la calle y quemaron neumáticos. Si bien los manifestantes plantearon reivindicaciones de todo tipo, el eje del reclamo fue el mismo: seguridad.
Bajo una densa cortina de humo negro, los vecinos exigieron una mayor presencia de parte de los efectivos de la comisaría 19ª, situada a dos cuadras de la esquina donde se desarrolló la protesta. Los manifestantes advirtieron que ese sector de la zona oeste se ha convertido en una "zona peligrosa" y revelaron que la situación no mejoró luego de una serie de reuniones que mantuvieron con el titular de la seccional, el comisario Raúl Cortez.
"Estamos cansados de que nos roben. Vivimos enajenados. Entrás en este barrio de noche y no sabés si vas a salir con la ropa puesta. Hay droga, asaltos a mano armada y a los ladrones nunca los agarran. En este momento pueden venir y robarnos", fue el temerario cuadro de situación que describió a La Capital Miguel Angel Devoto, habitante del barrio Libertad.
La mayoría de los vecinos aseguró haber sido víctima de un hecho de delincuencia: "A un quiosquero lo golpearon en un robo y la policía dijo que no podía hacer nada", se quejó Daniel Contreras, quien agregó que "todos los días hay cuatro o cinco robos y los repartidores no quieren entrar más porque les cobran peaje".
"Me robaron una moto de la puerta de mi casa, me rompieron el auto y me asaltaron tres veces en una semana", enumeró Alicia, de 41 años. Por su parte, Alcides Linares, de 47 años, denunció que "los policías hacen razzias y se llevan a los pibes que están tomando helados o cerveza en la esquina. Vamos a tener que recurrir a destacamentos de vecinos para cuidarnos".
Finalmente, los vecinos sumaron otras exigencias a la protesta: planes de empleo, un incremento en la frecuencia de las líneas de colectivos 125 y 122 y el envío de cajas alimentarias. También se manifestaron en contra del retiro de los medidores a quienes adeuden boletas de luz y gas.
| |
La Ciudad
