Al mediodía de ayer diferentes grupos de ahorristas que depositaron sus dineros en las entidades bancarias locales mostraron su bronca y pasaron de la cacerola a la acción. Así, una de las puertas del Galicia fue destrozada, mientras que otros bancos de la city local sufrieron una lluvia de huevos y basura sobre sus frentes. Sin embargo, la cosa no pasó a mayores.
Ahorristas "autoconvocados por la pesificación", que se reúnen los lunes por la noche en el Monumento a la Bandera, decidieron recorrer las entidades y, en algunos casos, contrataron escribanos para constatar la no devolución de sus ahorros.
En la reunión del martes pasado decidieron dividirse en grupos de ahorristas por entidad, sin dejar la organización colectiva, y manifestar ante cada banco. Así, después de recorrer en conjunto las sucursales de las entidades financieras, cada grupo fue resolviendo en las puertas de los bancos las acciones a tomar.
Los ahorristas recorrieron calle Santa Fe, donde se encuentran las oficinas de la mayoría de los bancos, y se detuvieron en cada una de las entidades. La acción más enérgica se dio en el Galicia, donde se produjo la rotura de una de las puertas principales. Si bien el hecho no tomó ribetes violentos, la misma situación de descontento y los continuos golpes para hacer ruido provocaron la rotura del blindex del hall de entrada, que provocaron heridas leves en los guardias de seguridad quienes recibieron la caída de vidrios.
Los clientes intentaron un amparo judicial y al hacer las transferencias de cuentas en dólares a pesos, lo hacían por medio de un escrito en donde expresaban que lo hacían en "disconformidad y reservándose acciones judiciales futuras".
El dólar cotizó entre 2,10 y 2,15
La city porteña ofreció ayer la misma postal de los últimos días: grandes aglomeraciones frente a las entidades que, provistas de billetes verdes por el Banco Central, mantenían el compromiso de vender a cotización que no superara en 5 centavos la cifra a la cual la autoridad monetaria quería inyectar dólares.
Cientos de personas se agolparon frente a los bancos, tanto para comprar divisas como para protestar contra el corralito financiero y la posible pesificación forzosa del dinero de los plazos fijos.
El Banco Central intervino para dotar de dólares a la plaza cambiaria, pero la presión de compra de quienes buscan quedar a salvo de la devaluación elevó la cotización del dólar a 1,90 peso para la compra y a valores que oscilaron entre 2,10 y 2,15 para el tipo vendedor.
La intervención del Central se realizó nuevamente en dos oportunidades, una por la mañana y otra a la tarde, a través de partidas de hasta 500 mil dólares, a un precio de 1,75 por unidad.
El débito en las entidades autorizadas a operar con divisas es realizada en cada cuenta corriente que los bancos tienen en el Central, las restricciones que existieron para adquirir billetes -entre 200 y 500 dólares- exacerbó los ánimos del público.
La Ciudad
