Año CXXXV
 Nº 49.378
Rosario,
sábado  02 de
febrero de 2002
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La crisis. Corralito e incertidumbre pulverizaron las intenciones de compra
Los consumidores rosarinos tienen la confianza por el piso
El indicador local que mide las expectativas de la gente sobre la economía está en el punto más bajo de la historia

El Indice de Confianza del Consumidor (ICC) medido en Rosario durante el mes de enero siguió en el tobogán y marcó el punto más bajo de la serie histórica iniciada hace tres años. El indicador se ubicó en los 14,22 puntos, 7,19 menos que en el ya malísimo diciembre, lo que significa un descenso del 33,5% respecto al mes anterior y del 56% comparado con enero del año pasado.
El ICC de Rosario que elabora la Fundación Libertad muestra una curva descendente desde abril de 2001 que no tuvo ningún punto de inflexión, siquiera momentáneo, en su caída.
Los autores del trabajo indicaron que durante enero se observó una agudización del proceso de deterioro de la confianza de los consumidores, provocada por las nuevas medidas económicas implementadas por el actual gobierno.
Los analistas de la Libertad señalaron que esta pérdida de confianza se basa en varios hechos coincidentes. El nivel de confianza es directamente proporcional al grado de previsibilidad del escenario económico, algo que no se da en las actuales circunstancias en las cuales se cambiaron las reglas de juego. En ese sentido, fue clave el replanteo de la política monetaria, después de más de 10 años de convertibilidad. Por eso es totalmente entendible que se posterguen las decisiones de compra hacia un escenario con mayor certidumbre.
Por otra parte, la sensibilidad del gasto de bolsillo resultó inelástica al endeudamiento de los consumidores a mediano y largo plazo. La depresión de la demanda puso en evidencia las restricciones que impuso el corralito, el corte de la cadena de pagos y las rebajas salariales. Además, se observó una propensión de los consumidores a atesorar sus ingresos en dólares para proteger su poder adquisitivo.
Finalmente, todo proceso devaluatorio determina cambios relativos en los precios. Si bien la dinámica de este proceso tiende a equilibrarse en el largo plazo, junto a la estabilidad monetaria, en su etapa inicial es difícil predecir sus consecuencias y el tiempo que demandará. Este hecho económico es interpretado por el consumidor desde una posición defensiva, y buscando maximizar sus ingresos retrae el consumo no convencional frente al peligro de tomar decisiones que le provoquen pérdidas adquisitivas en el futuro.
El ICC se compone de varios subíndices y el descenso más importante se puede observar en la intención de compra de bienes durables como autos o inmuebles, la cual registró una caída del 66% respecto al mes anterior. En enero, sólo un 1,8% de los encuestados consideró que era el momento apropiado para comprar este tipo de bienes.
La predisposición a adquirir electrodomésticos mostró una fuerte caída del 41,9%, ya que un 85,6% de los rosarinos cree que no es momento de comprar este tipo de productos.
El impacto sobre las expectativas a largo plazo fue menor, pero no menos importante, ya que este parámetro cayó un 18%. El porcentaje de rosarinos que espera que la situación mejore dentro de tres años cayó al 10,8%, mientras que la porción que espera un empeoramiento alcanzó el 60,9%. En tanto, el subíndice que mide la situación personal actual es apabullante. El 83,7% describe su estado de ahora como "peor" que un año atrás.


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