| | cartas Día feliz para el Congreso
| Les escribe una docente que el día 14 de octubre del 2001 se presentó en el antiguo Club Español, a las 7.15, para cumplir la función de presidente de mesa en las elecciones de ese año. Eramos muchísimas las personas allí reunidas (docentes, empleados públicos y estudiantes) que nos organizamos rápidamente para realizar la tarea electoral con suma responsabilidad. Permanecimos sentados, con padrones y biromes durante 10 largas horas sin almorzar y sin ver la luz del día. Recibíamos ciudadanas que cumplían con el deber de votar, es decir, de elegir a quienes nos representarían. A las 18, nos encerramos contando boletas que sumaban a los partidos que ustedes pertenecen, siendo controlados por los fiscales que los partidos nos enviaron (ellos sí almorzaron y merendaron). Hoy, ya pasaron tres meses en esta querida Argentina, fundida, con habitantes descreídos y deprimidos, sin trabajo y con hambre. Ustedes señores diputados y senadores ya están en el poder, y somos nosotros quienes el 14 de octubre de 2001 trabajamos para que hoy ustedes reciban un abultado sueldo. A nosotros, por 10 horas de trabajo, nos prometieron 50 pesos y todavía no los hemos cobrado. En cambio ustedes ya han cobrado dos sueldos y están en el honorable Congreso de la Nación, sesionando leyes que, dudo, ayuden a que nuestro país mejore. Y están allí porque nosotros trabajamos y el pueblo votó. En este estado de emergencia en que se encuentra la Argentina, gracias a la estafa que realizaron, podrían los políticos los señores diputados, senadores, concejales y asesores, "donar" una mínima parte de sus sueldos y saldar las cuentas con los que fuimos elegidos para hacerle honor al Congreso de la Nación y al Concejo Deliberante. ¡Gracias! y que se haga justicia. Nora Mauro
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