Rodolfo Bella / La Capital
Juan Pablo Geretto llegó con su unipersonal "Solo como una perra" a Villa Carlos Paz. En la competitiva cartelera del verano, el actor muestra un espectáculo con el que ganó el año pasado el premio Estrella de Mar al mejor unipersonal y antenoche el Bamba, que se entrega a las mejores producciones de la temporada cordobesa (ver recuadro). Con las funciones, Geretto inauguró la sala El Nazareno, que el actor Juan José Camero montó con una capacidad para 250 espectadores, y que Geretto comparte, en distintos horarios, con el grupo de humor y música La Catanga Eléctrica. En diálogo con La Capital, el actor oriundo de Gálvez dijo que no tiene en cuenta la competencia, que incluye elencos que llegan con la sólida publicidad que supone el paso por la televisión: "Enfoco en lo mío y le doy para adelante", aseguró al tiempo que sostuvo que la sala en la que actúa tiene una propuesta inédita para Carlos Paz.
Montados en mayor o menor medida en la celebridad de la obra de Eve Ensler -que también llegó a Carlos Paz con un elenco formado por María Leal, Susú Pecoraro y Carolina Peleritti- Antonio Gasalla presenta "Monólogos de la endorfina" y en otra sala, sube a escena "Duelo final del pene y la vagina".
Los participantes de Gran Hermano extienden sus cinco minutos de fama con "Adelante mis valientes", la arenga popularizada por la conductora Soledad Silveyra. Los representantes del humor local, como el Negro Alvarez, Cacho Buenaventura y José Luis Serrano (Doña Jovita), siguen siendo una apuesta segura para público y empresarios. "Son inclusive más exitosos que muchos de los que llegan de Buenos Aires. La gente consume Córdoba. Es bárbaro lo que está pasando acá", señaló Geretto.
Sin embargo, el público reparte su interés hasta borrar antiguos y odiosas disputas geográficas. Según Juan Pablo, los cordobeses no hacen diferencias y abordan con idéntico interés todas las propuestas que en general tienen el sello de los últimos acontecimientos políticos, sociales y económicos. "Creo que en definitiva, mi trabajo es una humilde contribución a pensar lo que está pasando. Me parece que hacer olvidar a la gente lo que está ocurriendo, primero que sería un milagro y segundo que si lo lograra no serviría de nada. Me parece que desde el lugar de cada uno, hay que ver cuál es la mejor forma, no de zafar, sino de integrarse sanamente a toda esta locura".
_¿Cómo se refleja la crisis en la afluencia de público?
_Acá empezamos un poco tarde la temporada, pero todo empezó con bastante retraso. Por lo menos acá en Córdoba todavía están esperando el grueso de la gente, que para este año, de todas maneras, se supone que será mucho menos gente que las que generaban las expectativas. El año pasado fue una temporada bárbara y esta es, digamos, normal. Hasta ahora hay poca gente, pero pienso que todo lo que está pasando en el país está retrasando la llegada de público. Hay muchísima gente los fines de semana y se llena la villa y los lunes se estabiliza. Yo estrené el 16 de enero y estoy trabajando todos los días, de lunes a domingo, con una función diaria, en el teatro El Nazareno.
_¿Tuviste que hacer alguna adaptación a raíz de los cambios que hubo en el país?
_Por supuesto. El espectáculo se va aggiornando a la realidad. Son cuatro o cinco puntos que se retocan, pero que si no hubiera venido a Carlos Paz igual los hubiera retocado. Es por una cuestión del entorno.
_¿En qué se modificó concretamente?
_No sabría decir puntualmente, pero cuando los personajes hablan de las cosas que pasan se agrega lo de todos los días, especialmente los personajes con un humor más crítico que refuerza todo esto. Creo que es mi pequeño aporte desde mi lugar de trabajo a lo que está pasando.
_¿Cómo te insertás en la tradición humorística que tiene Córdoba?
_La verdad es que la gente respeta muchísimo a los humoristas. No porque en otros lugares no lo hagan, pero acá hay como un culto un poquito más fuerte con respecto a la gente que hace humor. Inclusive hay espectáculos específicamente cordobeses que son un éxito rotundo, que por ahí no lo logran las compañías de Buenos Aires. La gente consume Córdoba y es bárbaro lo que está pasando acá.
_¿Cómo te sentís en ese marco?
_Me parece que ser del interior del país ayuda a que la gente venga a ver el espectáculo. Las propuestas de Buenos Aires son claras y más o menos ya sabe lo que va a ver, pero esto es nuevo para los cordobeses y se interesan muchísimo. La verdad es que la respuesta es increíble.
_¿En ningún momento te hicieron sentir esa antigua rivalidad entre Córdoba y Rosario?
_No, para nada. Además hay público de todos lados. Tuve gente de Formosa, Tucumán, del sur del país.
_¿Crees que se modificaron la predisposición, las exigencias del espectador de un espectáculo de humor a partir de lo que está pasando?
_Creo que si el público hoy elige un espectáculo de humor es porque lo que necesita es reírse. Siempre digo que la propuesta que tengo no es para que nos olvidemos un rato de lo que está pasando, sino para que podamos enfrentarlo con un poco de optimismo o de alegría y nada más. Me parece que hacer olvidar a la gente lo que está pasando, primero que sería un milagro y segundo que si lo lograra no serviría de nada. Desde el lugar que ocupa cada uno hay que ver cuál es la mejor forma, no de zafar, sino de integrarse sanamente a toda esta locura.
_¿Desde el humor se puede contribuir a una reflexión o una toma de conciencia?
_Creo que sí, por lo menos yo no puedo ser ajeno a todo y me parece que si no lo soy, mi trabajo tampoco está exento. Aparte me gusta que sea así.
_¿Todavía seguís con ganas de hacer algo más dramático?
_Sigo con ganas de cambiar. Esta propuesta va a seguir porque en realidad en Rosario es algo que ya está bastante visto y agradezco muchísimo todo lo que pasó allá, pero hay lugares donde no la conocen y pienso llevarla a todos. En lo personal tengo ganas de hacer un montón de cosas. Ya veremos por cuál me decido. Creo que aunque sea más dramático, no creo que a lo que haga le falte humor, pero tal vez sí sea más duro.
_¿Sentís la presencia de elencos de Buenos Aires como una competencia o cada uno puede llevar su público?
_No, creo que todos llevamos el mismo público, más cuando hay escacez, pero la verdad es que no sé cuántos espectadores meten o cómo les va porque generalmente cuando voy a trabajar a un lugar, voy, laburo y me vuelvo a mi casa a descansar y no hago nada, ni siquiera turismo, porque no me da el tiempo ni las ganas. Me entero de lo que pasa con algunos espectáculos pero no le presto demasiada atención a ese tipo de información.
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La Ciudad
