El canciller Carlos Ruckauf comprometió ayer el voto argentino contra cuba en la comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, apoyó la conformación de un área de libre comercio americana, ratificó la condición de Argentina como aliado extra Otán y prometió abandonar las "medidas dirigistas" que se vio obligado a tomar el gobierno, a cambio de un compromiso estadounidense para gestionar un paquete de ayuda financiera a la Argentina. El ministro de Relaciones Exteriores se reunió en Washington con el secretario del Tesoro norteamericano, Paul O'Neill, y el titular del Departamento de Estado, Colin Powell, de quienes recibió "comprensión" para contribuir al financiamiento del plan económico. Paralelamente, el director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Horst Köhler, metía un poco de presión en estas horas claves en las que el gobierno debe decidir quién paga el costo del estallido de la convertibilidad, al advertir que el nuevo plan debe atender especialmente la situación de los bancos extranjeros. Köhler hizo público su "consejo" un día antes de que arribe la misión del organismo que, encabezada por el encargado de los asuntos latinoamericanos, Claudio Loser, trabajará en los detalles del plan económico que el presidente Eduardo Duhalde anunciará el sábado próximo. El jefe del Estado deberá tomar esta semana una decisión política respecto de la pesificación de deudas y depósitos, en medio de una fuerte presión de los bancos para que los depósitos se conviertan a una paridad un peso-un dólar, y los créditos a la paridad oficial. Ese es el cálculo que más les cierra para amortiguar los costos de la devaluación. Otro lobby, el de los grandes deudores, insiste con la conversión a pesos, a una paridad de uno a uno, de las deudas superiores a los 100 mil pesos. Ayer, el viceministro de Economía, Jorge Todesca, se vio obligado a aclarar que esta indefinición respecto del tipo de cambio al que se pesificarán las deudas no alcanza a los sectores que ya están contemplados en la ley de emergencia. Una fuente del Departamento de Estado que asistió al encuentro de Ruckauf con Powell, señaló que el gobierno de George Bush está "dispuesto" a usar su "influencia" para "apoyar nueva asistencia para Argentina en el contexto de un plan económico sostenible y creíble". El canciller argentino le dejó a su par norteamericano una dramática carta del presidente Eduardo Duhalde destinada a George Bush. En la misiva, Duhalde le ruega a su colega que considere "con la mayor premura" la posibilidad de brindar una rápida asistencia financiera al país, y le asegura que "está firmemente comprometido a dejar de lado lo más rápido posible medidas transitorias de corte dirigista que hemos heredado o nos hemos visto obligados a tomar". Entre las "medidas dirigistas" que cuestionan Estados Unidos y el Fondo Monetario Internacional figuran el sistema dual de tipo de cambio. El presidente se comprometió a dejar flotar la divisa estadounidense en el marco del nuevo plan económico, aunque aclaró que para eso es necesario primero contar con la plata del organismo internacional, de modo de sostener las reservas. En la previa, Ruckauf se reunió con el secretario del Tesoro estadounidense, Paul O'Neill. "Vengo en nombre de los plomeros argentinos", le dijo Ruckauf al hombre fuerte de la economía norteamericana, quien en reiteradas oportunidades había señalado que no quería gastar más plata de los plomeros y carpinteros de ese país en mantener al gobierno argentino. O'Neill se río, dijeron los que acompañaban al ex gobernador bonaerense. Poco más tarde, una fuente del Departamento del Tesoro señaló que "fue un intercambio muy fructífero" y volvió a reclamar un plan sostenible. La posición del Tesoro, en tanto, es que no habrá respaldo alguno a Argentina mientras el gobierno de Duhalde no presente un plan económico convincente para el FMI. Y el Fondo quiere que Argentina levante las restricciones y que ponga también fin al régimen cambiario doble para dejar flotar completamente al peso. "Los bancos deben ser mirados con mucha atención, esto incluye, al menos es nuestro consejo, a los bancos extranjeros", dijo Köhler.
| |