Año CXXXV
 Nº 49.375
Rosario,
miércoles  30 de
enero de 2002
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cartas
Síndrome del corralito

¿Hasta cuándo "salvando a los bancos"? Necesitamos que devuelvan el dinero que los clientes les dejaron en custodia y que sea la totalidad y en la moneda que fue depositado. Caso contrario es robo, defraudación, "choreo" a mano armada, acá y en cualquier país del mundo normal y honesto. No hay que olvidar que los llamados financistas o banqueros siempre fueron los únicos privilegiados. Ellos negociaron con las concesionarias automotores y no con las fábricas como debería haber sido. Así se hubieran creado fuentes de trabajo. Ni los bancos, ni las concesionarias perdían, uno daba el crédito con la prenda correspondiente, y el otro vendía el automotor. Al que no pagaba le sacaban el vehículo en cuestión. Siempre el perjudicado era el trabajador. Por todo esto, mi mayor deseo es que se caigan los bancos. Con "leyes dignas y limpias" esto se solucionaría haciéndose cargo las diferentes casas centrales de cada banco. De otra forma, los directivos bancarios deberían ir presos, pero en la carcel, no en casas quinta, hasta que Dios y la patria lo decidan.
Jorge de Haro


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