El papa Juan Pablo II pidió a los abogados y jueces católicos que invoquen la objeción de conciencia y se nieguen a cooperar en materia de divorcio, ya que lo considera "una plaga" que tiene efectos "devastadores" para la sociedad.
El Pontífice atacó el divorcio y las legislaciones que lo legitiman durante la tradicional audiencia con los jueces vaticanos del Tribunal de la Santa Rota Romana celebrada ayer. "El valor del matrimonio -sostuvo- no puede ser considerado objeto de una mera elección privada porque es uno de los pilares centrales de la sociedad".
Y agregó que su disolución tiene "consecuencias devastadoras que se propagan en el campo social como una plaga e influyen negativamente sobre las nuevas generaciones".
Juan Pablo II exhortó a los cristianos a luchar contra los "riesgos de permisividad respecto del matrimonio" y dijo que "a la oposición decidida a todas las medidas legales y administrativas que introduzcan el divorcio o que equiparen el matrimonio a las uniones de hecho, incluso las homosexuales, se deben acompañar medidas jurídicas que tiendan a mejorar el reconocimiento social del verdadero matrimonio en el marco de los ordenamientos que por desgracia admiten el divorcio".
Revuelo por los dichos del Papa
La dura crítica al divorcio lanzada por Juan Pablo desencadenó un inmediato revuelo en medios políticos, judiciales y religiosos en Italia. "La ley del Estado no interfiere en la ley de la Iglesia y encontraría justo que la Iglesia no interfiriese en las tareas de los jueces y abogados", dijo el abogado Cesare Rimini.
La del Papa fue una intervención "inapropiada", afirmó por su parte Annamaria Bernardini De Pace, mientras Fabio Massimo Gallo -asesor del Consejo Superior de la Magistratura- opinó que Juan Pablo II no invadió competencias del Estado italiano.
En el frente político, fue unánime el juicio negativo expresado por el centro-izquierda y los radicales, que criticaron la "intromisión respecto de la laicidad del Estado".
Por su parte, el imán de Milán, Ali Abu Shwaima, recordó que para la religión islámica el divorcio es lícito, aunque "odiado por Dios", y reconoció "como natural el deseo de separación". "No creo que el divorcio sea una plaga", agregó, aludiendo a las palabras del Pontífice.
A diferencia de Shwaima, el imán de un barrio de Roma, Samir Khaldi, manifestó estar de acuerdo con la afirmación de Juan Pablo II, ya que "el divorcio corre el riesgo de arruinar la sociedad porque es acordado por motivos fútiles".
El Vaticano anula matrimonios
En tanto, ayer se supo que el Tribunal de la Rota romana decidió la anulación de 57 matrimonios durante el año 2000, pero decidió en cambio "salvar" a otros 67, según se desprende del volumen Actividad de la Santa Sede 2000dedicada al célebre tribunal.
En realidad, no son casos de divorcio sino de nulidad matrimonial los examinados por el Tribunal -que ya no se llama Sacro-, cuyos jueces y abogados fueron recibidos por el Papa en la audiencia dedicada por el Pontífice a criticar el divorcio.
Entre los casos de nulidad, según se indicó, hay quien "simuló el consenso" con el matrimonio para escapar de una madrastra y quien lo hizo por "excesivo anhelo de libertad". Algunos tuvieron que declararse incapaces de asumir los vínculos del matrimonio porque "recurren frecuentemente al alcohol".
Al 31 de diciembre de 2000, las causas aún pendientes eran 1.022. Del total de las sentencias, 36 se ocuparon del caso de "grave defecto de juicio sobre los derechos y deberes esenciales del matrimonio" (24 afirmaron la validez de los matrimonios y 12, no).
En relación con la "incapacidad de asumir los derechos esenciales del matrimonio", 25 fallos se expresaron por el vínculo matrimonial y 16 por su nulidad. Mientras que las sentencias concernientes a la impotencia fueron tres, de las cuales dos a favor del mantenimiento del vínculo y una por la nulidad.
Los casos de "simulación total" fueron seis: cuatro concluyeron con la nulidad y dos a favor del vínculo (una se refirió a una mujer que "para escapar de la tutela de su madrastra había contraído matrimonio simulando el consenso").
Sin embargo, "tanto la vida tranquila pre y matrimonial y el nacimiento a breve distancia de un hijo llevaron a los jueces a excluir la simulación total".
Los casos concernientes a "la exclusión de la prole" fueron 27, de los cuales 17 se cerraron con una sentencia de nulidad y 10 a favor del vínculo matrimonial. (Télam y Ansa)
La Ciudad
