"Toda mi vida he trabajado y creído en el país. Pero estoy descorazonado". Desde hace dos semanas, Luis Moreno (65) recorre los pasillos del Pami buscando una solución: tiene cáncer de pulmón y ya completó los estudios prequirúrgicos para intervenirse, pero en el sanatorio que lo atienden se niegan a operarlo debido a la deuda que el instituto mantiene con los prestadores privados. "Trabajé durante 44 años, ahora gano 457 pesos y nunca dejé de pagar un impuesto. ¿De qué sirvió todo esto si ahora sólo encuentro un sinnúmero de problemas e inconvenientes?", se quejó una y otra vez. El jefe de prestaciones médicas de Pami, Ricardo Serenelli, aseguró que en los próximos días podrían darle una solución al problema. "Ya intimamos al sanatorio. Y si se niega a atenderlo, buscaremos otro prestador", explicó. Sin embargo, Luis necesita respuestas más urgentes. "Yo me juego la vida en esto. Si no me operan y el tumor se propaga, ¿qué hago?", se pregunta, y agrega con resignación: "Me tengo que ir". Fue a principios de junio cuando Luis comenzó a tener una tos persistente. Después de deambular por varios médicos y distintos análisis, le diagnosticaron un tumor de casi 8 centímetros de diámetro. Durante tres meses se sometió a una quimioterapia que logró reducirlo 2 centímetros. Finalmente, el 16 de enero el cirujano Carlos Talarn firmó una orden para intervenirlo. Pero cuando se presentó ante la auditora del Sanatorio de la Mujer se enteró de que no podrían operarlo "porque los servicios estaban cortados". Desde hace dos semanas, Luis recorrió varias veces los despachos de la delegación local del Pami y todavía no encontró soluciones. "Yo no sé qué costo tendrá la operación que necesito. Pero durante todos mis años de trabajo contribuí al país con todo lo que pude. Ahora me toca pedir uno de mis derechos y sólo encuentro que me cierran las puertas", concluyó con bronca.
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