El ex presidente del Banco de México y asesor de la administración Duhalde, Miguel Mancera, señaló que "Argentina va a tener que sufrir mucho más" y que "se necesita una disciplina fiscal durísima, aumentar impuestos y cobrarlos debidamente". Mancera, uno de los economistas internacionales que participará del comité de expertos que ayudará al gobierno argentino a pilotear la devaluación, durante una entre vista con una agencia de noticias italiana que de la crisis argentina "no se sale de la noche a la mañana, se necesita una disciplina fiscal durísima, aumentar impuestos y cobrarlos debidamente para que la economía tenga raíces sólidas". Mancera, egresado del Instituto Tecnológico Autónomo de México (Itam), la escuela tecnócrata que ha dominado los planes económicos del país desde 1982, definió a su tarea como parte del grupo asesor del gobierno argentino como "un desafío importante, difícil, pero muy interesante". "He seguido la situación en Argentina desde 1991, cuando el entonces ministro Domingo Cavallo implementó el modelo de paridad peso-dólar, siempre me llamó la atención", confesó Mancera, conocido como "El Jefe", en los altos círculos financieros mexicanos. El "padre" de la autonomía del Banco de México desde marzo de 1994 y jubilado desde hace cuatro años, aunque miembro del Consejo de Administración del coloso electrónico Siemens, Mancera estimó que "sin el apoyo de la banca es impensable la salida de una crisis tan profunda" en Argentina. Mancera estima que "no se debe permitir el derrumbe de ningún banco para no generar mayor incertidumbre entre los ahorristas". Sobre las diferencias entre la crisis mexicana de 1995 y la de Argentina que estalló en diciembre, Mancera dijo que a diferencia de la primera la segunda "fue muy lenta y el mundo fue tomando previsiones". "Cuando el asunto estalló, todos estaban preparados, la Argentina se quedó sola y ese fue su problema", subrayó el también considerado "ideólogo" del monetarismo mexicano. Mancera, un hombre de discreción proverbial que rara veces concede entrevistas, dijo que en su nueva tarea "hay que trabajar duro y en silencio, dejando que sean los argentinos los que tomen las decisiones finales". Admitió, no obstante, que una de sus principales tareas será encontrar mecanismos para salir en forma ordenada y sin traumas del corralito.
| |