Año CXXXV
 Nº 49.374
Rosario,
martes  29 de
enero de 2002
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cartas
Hay que suprimir el Pami

La crónica crisis del Pami se ha agravado considerablemente y su situación es terminal e irremediable. ¿Por qué? Porque es manejado no por sus afiliados sino por la burocracia política y sindical. Y como ocurrió con las empresas del Estado y ocurre con las obras sindicales todo lo que es manejado por los políticos o sindicalistas, que privilegian sus intereses sobre los de la comunidad, se pudre. Es por esta falla estructural que los sucesivos gobiernos no han podido remediar este estado de cosas. Además atenta contra la libertad y dignidad de los jubilados descontarles compulsivamente y obligarlos a recurrir a dicha entidad en procura de su salud negándoles el derecho a administrar sus haberes y decidir a cuál prestador de salud acudir. Es asimismo utópico que el Pami pueda ser manejado eficientemente por los afiliados. Y su regionalización o provincialización son parches insuficientes. Por eso la única y verdadera solución es suprimir el Pami. Este despilfarra buena parte del presupuesto nacional y por ende es en buena medida causa de la crisis nacional actual. Se debería posibilitar que los jubilados se asistan en la obra social o prepaga que elijan. De esa manera se eliminará mucha corrupción, mejorará notablemente las finanzas del país y los jubilados por el mismo costo tendrán mucha mejor atención y dejarán de ser botín de guerra y mercado cautivo de nefastos intereses.
Raúl Ghione


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