Año CXXXV
 Nº 49.374
Rosario,
martes  29 de
enero de 2002
Min 18º
Máx 32º
 
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cartas
Ser partícipes del cambio

Soy de Arroyo Seco y escribo estas líneas para quienes sientan la complicidad de ser partícipes del doloroso proceso de cambio que pueda sacar a la Argentina del abismo en que se encuentra sumergida. Leyendo un escrito de la escritora y periodista española Rosa Montero, por unos instantes me di cuenta que desde nuestra infancia nos han hecho creer que éramos los mejores. Ahora vemos la otra cara de la moneda, aquella que veíamos que les pasaba a otros. Nosotros éramos la isla del mundo a la que nada le pasaría. Sé que estos días difíciles que estamos viviendo en nuestro país -que nos han llevado a la miseria, el empobrecimiento, a pelearnos unos con otros- serán un proceso largo y doloroso. Pero creo que al final esta crisis va a ser para bien. Argentina es como una adolescente prometedora en el tramo final de su crecimiento, y crecer siempre duele. Lo más importante que podemos rescatar de esta transición es sin dudas la participación de la gente, desde los más humildes hasta la casi desaparecida clase media. El pueblo argentino se ha dado cuenta del poder que tiene para cambiar las cosas al decirles a quienes están en el poder que se vayan y exigir un país mejor con un futuro digno. La palabra clave es participar del cambio sin miedos, sin verguenza al qué dirán, usando nuestros derechos democráticos y sin violencia. Una sociedad no puede evolucionar si lo único que pretendemos modificar son las opiniones de quienes no piensen como nosotros. Los políticos de los países democráticos no son otros, somos nosotros y el futuro está en nuestras manos.
Andrés Esteban Acoron


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