El gobierno ha instrumentado un mecanismo macabro para desinformar a los agentes económicos y de esta forma generar una incertidumbre imposible de despejar en el marco de la actual crisis económica.
En materia financiera quienes tienen depósitos atrapados en la cárcel que le impuso el gobierno, con la inmovilización de los mismos, no saben hoy qué suerte terminarán corriendo.
Les queda claro a todos que quienes depositaron dólares no los volverán a ver con sus propios ojos. Sólo percibirán el equivalente en pesos al tipo de cambio oficial ("sí esto no es estafa, la estafa donde está!", gritan desde el tablón). Sin embargo, las últimas versiones extraoficiales hablan de la posibilidad de que los depósitos en dólares sean canjeados a pesos manejándose tres alternativas, a saber:
* Canjear los dólares por pesos por uno a uno (apurarse a canjear hoy a 1,40) y actualizar el monto en pesos para mantener el poder adquisitivo de los depósitos, además de la tasa que se abona (vuelve la indexación).
* Canjear los depósitos a 1,40 y aplicar una actualización igual que en el primer punto.
* Se estudia la posibilidad de pesificar uno a uno, pero se entrega un bono al ahorrista para compensarlo por la devaluación del tipo de cambio oficial, el bono seria de 0,40 centavos y devengaría un interés a confirmar.
Si estas versiones son correctas, esto implica que los depósitos en el sistema financiero dejarán de estar nominados en dólares, y pasarán a pesos, aplicándose las correcciones pertinentes.
En el caso de que los depósitos se actualicen para mantener el poder adquisitivo, esto implicará que debería buscarse una forma de actualizar o indexar los préstamos. Por ende, aquellos que tenían préstamos en dólares y ahora están pesificados no deberían estar muy contentos. Es más, es hora de que empiecen a preocuparse.
En nuestro país, en la década del 90, se dio un boom de créditos hipotecarios que fueron otorgados en su gran mayoría para compra de vivienda única. Estos créditos se repagan bajo el sistema francés, por el cual la persona que obtiene esta financiación paga una cuota igual al cabo de 10 años, pero su composición es la siguiente: al principio se paga una alta proporción de interés, y muy baja amortización, y a medida que transcurre el préstamo esta relación se invierte.
Por lo tanto, bajo el sistema francés, la deuda de capital siempre resulta elevada, por lo tanto, si se aplica la actualización o indexación de los préstamos hipotecarios en un escenario de inflación alta, la cuota se espiralizará a la suba y será muy difícil afrontar el pago del crédito, con lo cual la cartera morosa de los bancos puede mostrar un alto crecimiento.
El futuro que puede venir
Todo lo hasta aquí vertido no es oficial. Son simplemente conjeturas respecto a publicaciones periodísticas que surgen de versiones en los pasillos del Ministerio de Economía y el Banco Central República Argentina, ante lo cual los agentes económicos, por un lado descreen de las versiones pero ante la duda se atajan.
La pregunta obligada es: ¿si tengo un crédito hipotecario, cómo me cubro ante este escenario? Lo mejor es atesorar dólares, y si nos enfrentamos a un escenario negativo en donde las cuotas se indexarán y la suba será muy elevada, habrá que cancelar parte del crédito con los dólares billetes que se atesoren hasta dicho momento. Si no se despierta el fantasma de la inflación y la indexación, el ahorro en dólares nos permitirá preservar el valor del dinero y la cuota no sufrirá una suba desmesurada: por ende, seguiremos pagando el crédito normalmente. Ante estas dos posibilidades se desprende que para quienes están endeudados la compra de dólar billete es la mejor cobertura posible. Como advierte el lector, en la mayoría de los casos se usó en esta nota la frase "posible escenario" ya que ante la falta total y absoluta de información, lo mejor es hablar permanentemente en potencial porque ya se sabe: la medida de hoy puede ser eliminada mañana.
Sin embargo, los agentes económicos actúan rápidamente: como no se sabe si se pesificará a 1-1 o bien a 1-1,40, hoy todos los ahorristas tienen un claro incentivo a pesificar, ya que la paridad actual es 1 a 1,40 y de esta forma pierden menos en términos de dólares si es que lo hacen 1 a 1 en el futuro (si esa conversión es correcta).
La información del Banco Central República Argentina parece decir "sólo sé que no se nada", y por ello inventó escenarios en donde lo único que trató de avizorar no es el futuro sino la salida de emergencia para perder el menor dinero posible.
Los argentinos saben, de antemano, que por cometer el enorme error de creer en el país, y depositar los ahorros en el sistema financiero, hoy están confiscados, esquilmados y como dicen los españoles "palmados" frente al Estado voraz que se quedó con el dinero.
El dólar
¿Qué pasa con el dólar? Todo indica que se irá "pum para arriba". El gobierno no logra mostrar un presupuesto equilibrado y emitirá Lecop para satisfacer la demanda de los gobernadores y los empleados públicos.
Por otra parte, las provincias de Buenos Aires y Córdoba le darán una vuelta más a la máquina de emitir Patacones y Lecor porque no llegan a equilibrar sus gastos.
Ahora se convive con un peso devaluado, una enorme cantidad de monedas provinciales devaluadas y la ayuda del exterior no llega (sólo un milagro la activaría). Estamos en el mejor de los mundos: los ahorristas desconocen el signo monetario de sus ahorros y en que les devolverán; los que deben no saben lo que deben; y el país esta lleno de monedas devaluadas, incluida la de curso legal; así resulta imposible planificar, invertir o crecer. Así, el futuro es aferrarse al dólar billete, como el náufrago a la tabla que lo lleva a la costa.