Año CXXXV
 Nº 49.372
Rosario,
domingo  27 de
enero de 2002
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Los bañistas temen a las palometas y no se bañan
En el Banquito sólo unos pocos se animaron ayer a mojarse en el Paraná

Los más guapos se animaron a mojarse sólo hasta los tobillos. Claro, los casos de mordeduras de palometas registrados en Vladimir (Banquito) y Mirador del Sol la semana pasada provocaron temor entre los bañistas. Los más precavidos optaron por calcinarse bajo el sol o eligieron las duchas como método de salvación. También estuvieron los que se animaron a medias: se bañaron en la zona donde hay redes de contención que no permiten el ingreso de estos peces. El temor se palpaba ayer en el Banquito.
"Ni loca me meto en el río", disparó una escultural Carolina (22). Su novio, Rodrigo (23) trató de deslumbrarla y entró al agua. Pero sólo se animó a mojarse en la zona boyada, donde se instalaron redes de contención. "Tampoco me voy a mandar al muere solo", admitió. Igualmente los bañeros permitían el ingreso al agua sólo en la zona restringida, la que además se clora con pastillas.
La psicosis se apoderó una vez más de los bañistas: en el verano de 2000 se registraron decenas de casos de mordeduras de palometas. Y no sólo atacaron en el Banquito -como sucedió este año-, sino que también invadieron en los balnearios frente a Costa Alta.
Esta vez, los peces llegaron a las playas Vladimir y Mirador del Sol -ubicada frente al Monumento-. Entre martes y miércoles pasados hubo al menos diez casos de ataque de esta especie. La mayoría de las víctimas sufrieron mordeduras en las extremidades, y debieron ser atendidas en centros de salud, incluso por especialistas en cirugía reparadora.
Daniel (42) llegó ayer a Vladimir con sus dos hijos. "Yo me mojé los pies en la orilla pero a los chicos les expliqué que no podían porque era peligroso", contó. Por eso sus hijos no salían debajo de la ducha tratando de aliviar el calor.
"No me quiero mojar porque está nublado", se excusó Hernán (24), quien inmediatamente confesó: "La verdad es que me da un poco de miedo". El temor de Hernán se reflejó en los cientos de visitantes que llegaron ayer a Vladimir y Costa Esperanza: muy pocos se atrevieron a sortear la suerte de ser mordido por una palometa.
Desde Prefectura de Rosario y el Servicio Integrado de Emergencias Sanitarias (Sies) informaron que ayer no se registró ningún caso de mordedura de palometas. Pero los números parecen no importarle demasiado a la gente y se notó en la cautela que mostraron a la hora de refrescarse en el Paraná.



Ayer en Vladimir solo algunos se mojaron los pies.
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