Puerto Madero con sus museos flotantes, la Reserva Ecológica Costanera Sur, recoletas mansiones, plazas cargadas de historia y la Academia Nacional de Bellas Artes son algunos de los sitios más atractivos de la ciudad de Buenos Aires, que especialmente, durante los fines de semana, se convierte en un destino turístico de muchos rosarinos.
A pocas cuadras de la céntrica Plaza de Mayo se erige Puerto Madero. Un siglo antes había sido el puerto de Buenos Aires. Hoy aloja un renovado barrio residencial y comercial que enlaza la Costanera Sur con el centro de la ciudad. Junto a sus cuatro diques, un paseo peatonal conduce entre viejos depósitos reciclados hacia dos museos flotantes y al antiguo punto de desembarco de millones de inmigrantes.
El itinerario por Puerto Madero puede comenzar en el dique 1, ingresando por avenida Brasil. Este dique vincula la dársena sur con la norte. En sus aguas está la corbeta Uruguay. Sus edificios están ocupados por oficinas y comercios, incluidas algunas viviendas y un complejo de salas de cine. En el extremo sur se construyó la torre del edificio de Malecón.
Buque museo
Es la más antigua de las naves argentinas aún a flote. Se construyó en Inglaterra y su misión mas célebre fue el rescate en 1903 de la expedición sueca de Otto Nordenskjold a la Antártida.
Cruzando el bulevar Rosario Vera Peñalosa se llega al dique 2. Aquí se levantan los edificios de la Universidad Católica Argentina. Las obras de remodelación alcanzan los 90.000 m2 de superficie cubierta.
Siguiendo por el paseo peatonal, hasta cruzar el bulevar Azucena Villaflor, arribamos al dique 3. Acá encontramos la fragata Sarmiento. Oficinas y comercios ocupan sus 4 secciones. También existen algunas viviendas del tipo loft en el edificio más cercano a la fragata.
Rivadavia fue quien encargó su construcción a un astillero de Inglaterra. Arribó al Puerto de Buenos Aires en 1898. Fue buque escuela de la Armada Argentina, realizó viajes de instrucción y participó como embajadora del país en las más diversas celebraciones del mundo. Dejó de navegar en 1961. Está abierta al público todos los días, de 9 a 22.
Luego se cruza por el bulevar Macacha Güemes para llegar al dique 4. En sus aguas está el amarradero del Yacht Club Puerto Madero. Las cuatro antiguas secciones recicladas de 19.600 m2 cada una albergan oficinas y comercios en la planta baja.
Cruzando por el bulevar Cecilia Grierson, continuando por la avenida Antártida Argentina y abriéndose a la derecha, está la dársena norte. Luego sobre la mano derecha, se ingresa al ex Gran Hotel de Inmigrantes. Fue en este lugar donde miles de inmigrantes pisaron suelo argentino por primera vez, legalizaron su situación y recibieron alojamiento, comida y atención médica. Está abierto de lunes a viernes, de 10 a 14.
Las calles de Puerto Madero son femeninas, tienen nombres de mujeres reconocidas como luchadoras en el país. Dos horas y media son suficientes para el recorrido, incluso visitando los museos.
En tanto, frente al Yacht Club nace la avenida costanera que bordea la Reserva Ecológica en su lado oeste. Ubicada en la plaza Oesterheld está la antena monumental. Se trata de un mástil ricamente ornamentado con figures en bronce e inscripciones en latín e italiano que recuerda la visita del príncipe italiano Umberto de Savoya, en 1924.
Otro sitio recomendable de visitar es el Museo de Telecomunicaciones. Con una modalidad interactiva, las diferentes piezas exhibidas muestran la evolución técnica de las comunicaciones a distancia desde la telegrafía hasta Internet. Está abierto sábados y domingos, de 14 a 18.
Por la rambla se sigue unos quinientos metros hasta la fuente de Las Nereidas. Esta obra, de la artista argentina Lola Mora representa a Venus, diosa del amor y la belleza. El grupo, esculpido en Italia en mármol de Carrara, se completa con tres tritones, sosteniendo un caballo cada uno. Su autora la donó al Estado argentino, inaugurándose en 1903 en la actual esquina de Alem y Perón.
Tras continuar 100 metros por la avenida se llega al Museo de Calcos y Escultura Comparada, inaugurado en 1928 en una sección del antiguo lazareto, junto a la Escuela de Bellas Artes. Conserva una rica colección de réplicas de obras escultóricas, completada con donaciones particulares del Museo Etnográfico y de casas europeas. Muchas de las piezas en exhibición fueron obtenidas con un molde directo de la obra original. Se puede ver el David y el Moisés de Miguel Angel, la Venus de Milo y otras obras del arte griego, romano, egipcio, asirio, asiático y europeo medieval.
Retrocediendo por la rambla costanera se llega al espigón. En su extremo está el monumento al Plus Ultra, una figura alada de bronce de José Lorda conmemora la hazaña del vuelo transatlántico del hidroavión arribado a estas costas desde España en 1926.
Al salir del espigón hacia la derecha, se llega al acceso principal de la Reserva Ecológica Costanera Sur, con un ecosistema único en la historia reciente de la ciudad donde la naturaleza se ha desarrollado con espontaneidad. Numerosas aves y hasta serpientes conviven entre bosques, lagunas y pastizales.
De Alvear a Recoleta
El itinerario comienza en la calle Suipacha 1422 donde se encuentra el Museo de Arte Hispanoamericano Isaac Fernández Blanco. Posee una de las más importantes colecciones de pintura, platería e imaginería de arte hispanoamericano colonial del mundo. El edificio es de estilo neocolonial, a semejanza de los palacios limeños del siglo XVIII. Los objetos que forman su fondo permanente provienen de tres donaciones. Está abierto de martes a domingo, de 14 a 19.
Saliendo del museo se gira a la derecha. Al llegar a Suipacha y Arroyo se encuentra la plaza Embajada de Israel. Este solar fue ocupado por la sede diplomática hasta 1992. Después del atentado terrorista, cada árbol guarda la memoria de aquellas víctimas.
Siguiendo por Arroyo hasta cruzar la avenida 9 de Julio, en la intersección con Cerrito está la Embajada de Francia. Cruzando Arroyo, se sigue por Cerrito hacia el bajo y a mitad de cuadra se encuentra la mansión Alzaga Unzue. La fachada del palacio posee un trabajo de ornamentación similar a los castillos franceses de la región del Loria, que combina el ladrillo con la piedra. El edificio posee tres fachadas, una de ellas, con escalinatas y galería semicircular, da a un patio del hotel Park Hyatt.
Luego se puede visitar la plaza Carlos Pellegrini, donde un monumento rinde homenaje a quien fue presidente de la Nación entre 1890 y 1892. La figura de Pellegrini empuña en su mano izquierda la bandera y con la derecha expresa su voluntad de defenderla. Sobre él se representa a la República, que lleva los símbolos de la unidad y el escudo nacional. En los laterales se simbolizan la justicia, el progreso, la industria y el comercio. Frente a la plaza, cruzando la avenida Alvear, se encuentra la sede del Jockey Club.
Este palacio perteneció a Concepción Unzue de Casares. En la planta baja posee amplios salones decorados con tapices de Gobelin y Aubuson. En el primer piso funciona una biblioteca exclusiva para socios, que cuenta con 62.000 volúmenes. La institución, sin fines de lucro, fue fundada en 1882 por Pellegrini.
Por Alvear se cruza Rodríguez Pena para llegar a la Casa de las Academias Nacionales. Los ambientes de la planta baja y sus cuatro pisos se abren al frente y contrafrente, organizados alrededor de una patio interior. La institución está formada por prestigiosas personalidades argentinas que se han destacado en diferentes disciplinas e integran comisiones con carácter de miembros honorarios. Antes de ser designado para este fin, el edificio estuvo varias veces a punto de ser demolido.
Por la avenida Alvear, sobre la misma vereda se encuentra la Galería Alvear. El inmueble se destaca por la sobriedad de sus líneas y consta de una planta baja y siete pisos. En la planta baja se desarrolla una galería comercial que ocupa casi la totalidad del solar con un espacio verde a manera de jardín en el fondo.
Tampoco se puede dejar de visitar el Museo Nacional de Bellas Artes, uno de los más importantes de Latinoamérica con más de un siglo de existencia. De las 11.000 obras de su fondo artístico sólo está expuesto el 10%. Cuenta con una sala de audiovisuales, ocho de exhibiciones y un pabellón de muestras temporarias. Fundado en la Navidad de 1896, su primer sede fue el edificio Bon Marche.