Año CXXXV
 Nº 49.368
Rosario,
miércoles  23 de
enero de 2002
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Crimen en la Asociación Española
Revés judicial para Eduardo Fridman
El fiscal de Cámara rechazó el pedido de prisión domiciliaria para el médico que asesinó al gerente Claudio Zampol

El fiscal de Cámara José María Peña rechazó el pedido de prisión domiciliaria al médico Eduardo Fridman, procesado por el alevoso crimen del gerente de la Asociación Española de Socorros Mutuos Claudio Zampol. El pedido ya había sido denegado por el juez de Instrucción Carlos Carbone, y tras la medida del fiscal deberá expedirse la Cámara de Apelaciones. La presunción es que el tribunal continuará la línea argumentativa de los dos jueces anteriores, quienes consideraron a Fridman, de 74 años, una persona peligrosa.
La defensa del médico había planteado la solicitud en base a la edad del detenido. Tanto el juez de Instrucción como el fiscal Peña consideraron que el beneficio es facultativo, o sea, que debe analizarse en cada caso en particular. Además, señalaron que aunque la medida se utilice en el caso de personas procesadas, es una extensión de la norma que lo contempla para quienes están cumpliendo una condena. En este sentido, explicó Peña, la ley considera que la peligrosidad de una persona mayor de 70 años, que ha pasado un tiempo en prisión, puede haber disminuido.
Pero el fiscal respondió al planteo de la defensa que el detenido tenía más de 70 años cuando cometió el crimen, el 19 de noviembre pasado, en un hecho contrapuesto con la disminución de la peligrosidad que es requerida para el beneficio pedido.
Además, para su rechazo, consideró que el médico llevaba habitualmente con él su revólver cargado, y que la discusión que terminó con la trágica muerte de Zampol se inició a partir de un incidente menor. Al respecto, vale recordar que el médico reaccionó mal ante la tardanza de una asociada a la Mutual Española en llamar al ascensor. Por eso Fridman insultó a la mujer, lo que originó la presentación de una queja en su contra. A partir de ese hecho, que se sumó a otras quejas que no fueron presentadas de un modo formal, fue que el gerente le comunicó a Fridman que había sido sancionado con una suspensión.
La respuesta del médico fue un disparo a la cabeza del gerente. Fridman disparó su revólver Smith & Wesson calibre 38, sin sacarlo de la bolsa de nailon en que lo llevaba y sin darle oportunidad de reacción.
"Fridman mató a una persona honorable, que no representaba ningún peligro, por un hecho sin importancia", señaló Peña al considerar que el médico representa un peligro para la sociedad, aún cumpliendo la reclusión en su domicilio. "Es una persona iracunda, a punto tal que es capaz de matar a un hombre", concluyó el fiscal.


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