Año CXXXV
 Nº 49.368
Rosario,
miércoles  23 de
enero de 2002
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Esclarecen un homicidio en Empalme Graneros
Investigaban un suicidio y al final descubrieron un crimen
Detienen a dos chicas por la muerte a tiros de Cristian Britez, ocurrida el sábado

Todo indicaba que Cristian Britez, el joven que murió el sábado pasado al recibir dos impactos de bala, había resultado herido al dispararse en forma accidental el arma que manipulaba en una reunión de amigos, en una precaria vivienda de Empalme Graneros. Por eso algunos investigadores abonaron la hipótesis del suicidio. Pero a otros pesquisas, algunos datos no les cuadraban. ¿Por qué nadie había llamado a la policía?, ¿por qué nunca apareció el arma?. Esos eran algunos de los puntos oscuros del caso. Fue necesario que los investigadores quebraran un verdadero pacto de silencio entre testigos, vecinos y hasta familiares de la víctima para descubrir que, en realidad, se trató de un crimen. Ayer, por el hecho fueron detenidas dos mujeres: la presunta autora de los disparos y una hermana de la víctima por encubrimiento.
Cristian Rafael Britez, de 19 años, murió el sábado 19 en el Hospital Provincial del Centenario tras recibir un disparo en el abdomen y otro en el muslo derecho mientras se encontraba en una precaria vivienda de Campbell 898 bis. Testigos del incidente dijeron entonces a la policía que los disparos los había efectuado el mismo Britez en forma accidental cuando manipulaba un arma 9 milímetros, mientras que otras versiones indicaban que el joven, portador del virus HIV, se había suicidado.
Pero algunas particularidades del caso despertaron las sospechas de los policías de la seccional 20ª. Recién cuando se conocieron los resultados de la autopsia y una testigo quebró el pacto de silencio, los agentes establecieron que se trató de un asesinato.
El examen practicado al cuerpo de la víctima determinó que el disparo había sido realizado a quemarropa y de abajo hacia arriba, lo que descartó la posibilidad de un auto disparo. Finalmente, una nena de 12 años que presenció el crimen confesó a los policías que una joven de 19 años había sido la autora del homicidio.
Con esa información, agentes de la comisaría 20ª, del Comando Radioeléctrico y de la zona de inspección 2ª, efectuaron anteanoche cinco allanamientos en los que detuvieron a Mariana Padilla, de 19 años y acusada de ser la autora material del crimen, y a una hermana menor de edad de la víctima que fue imputada de encubrimiento. En tanto, en un quiosco de calle República al 6300, propiedad de un familiar de Padilla, secuestraron un revólver calibre 22.

Para vengarse de un vecino
Según la reconstrucción policial del caso, la noche del crimen Britez se encontraba con otras cinco personas tomando bebidas alcohólicas y escuchando música. Alrededor de las 4 de la madrugada el muchacho fue a buscar el revólver 9 milímetros a la casa de un familiar domiciliado a 150 metros de allí y regresó a la reunión, donde manifestó a sus amigos que había tomado el arma para vengarse de un vecino que lo había calumniado. Luego, según la versión policial, comenzó a jugar con el revólver y a provocar constantemente a Padilla simulando que iba a dispararle.
Al parecer esto provocó la reacción de la mujer, que sin mediar palabra le quitó el revólver y lo baleó a corta distancia. En esas circunstancias, una hermana de la víctima acudió al lugar, se apoderó del arma y la ocultó. Mientras tanto, el resto de los presentes se ocupó de adulterar la escena del crimen. Limpiaron las manchas de sangre, colocaron el cargador del arma en el pantalón de la víctima e inventaron la historia del disparo accidental.
Los policías estiman que los familiares de la víctima participaron del "pacto de silencio" debido a la relación de parentesco que existe entre los Britez y la imputada y para evitar complicaciones con la policía en el caso de que el revólver -propiedad de un familiar de la víctima que se encuentra prófugo- haya sido robada.



La vivienda donde Cristian Britez fue asesinado.
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