La puerta del Servicio Municipal de Empleo se convirtió en los últimos meses en la última oportunidad para conseguir trabajo. Todos los días son cerca de 300 las personas que hacen cola durante horas en la avenida Belgrano al 600 para registrarse en la repartición y acceder a un plan laboral. Desde el 26 de diciembre hasta ayer, la Municipalidad anotó a 8 mil aspirantes que, junto a los que ya estaban registrados, suman 83 mil en lista de espera. "Cada vez vienen más mujeres y jóvenes, además de algunos profesionales que llegan acá después de haber peregrinado sin encontrar trabajo", aseguró la responsable del servicio, Susana Bartolomé.
Pero la incertidumbre no es sólo de la gente que espera, sino de los funcionarios. El Servicio Municipal de Empleo pidió a la Nación 300 nuevos puestos de trabajo y la prórroga para el mes de enero de 930 planes que cayeron en diciembre. Pero desde hace un mes espera una respuesta que parece no llegar nunca.
"Desde que el ex presidente (Adolfo) Rodríguez Saá anunció la creación de un millón de puestos de trabajo, no paramos de atender gente y se anotan cerca de 300 personas por día. Pero no podemos asegurarles nada a estas personas, sólo las registramos y esperamos las decisiones que en algún momento tendrá que tomar el actual gobierno nacional", señaló Bartolomé.
Pero la coordinadora del servicio no abandona las esperanzas y dijo que la prórroga de los planes nacionales que caducaron en diciembre "tiene que salir", porque si no "serán casi mil personas más que se van a sumar a esta lista de espera".
Claro que aunque se aumenten los planes de empleo no hay posibilidades de que los 83 mil inscriptos sean incluidos como beneficiarios. "Eso es imposible, porque además es la provincia la que decide qué cantidad será destinada a Rosario y cuánta a otras localidades", agregó Bartolomé.
La clase media, también en la cola
Durante los últimos años los que poblaban las colas frente al Servicio de Empleo eran los desocupados con necesidades básicas insatisfechas que vivían en villas de emergencia. Pero en los últimos meses se sumó la clase media empobrecida y no pocas veces aparecen en los registros algunos aspirantes con título universitario.
"La industria y los comercios que cerraron dejaron mucha gente fuera del sistema. Estas personas, que eran de clase media y que hace años buscan trabajo, vienen a registrarse porque es su única posibilidad", explicó la titular del servicio.
Mientras que antes se registraban mayoritariamente hombres de mediana edad que habían quedado desocupados, ahora las mujeres y los jóvenes también se acercan para ser parte del registro.
Y aunque no son mayoría, algunos profesionales que quedaron fuera del sistema van a busca de alguna changa. Ingenieros, psicólogos y trabajadores sociales se acercaron hasta las oficinas de la avenida Belgrano en busca de su última chance, luego de deambular durante años en busca de trabajo.