Tulkarem, Cisjordania. - Soldados israelíes apoyados por tanques ocuparon la ciudad cisjordana de Tulkarem, en lo que funcionarios palestinos explicaron fue la primera reocupación de una ciudad completa en 16 meses de derramamiento de sangre. La incursión, que representó otro revés para los esfuerzos de paz auspiciados por Estados Unidos, fue en represalia por un ataque de militantes palestinos la semana pasada en el norte de Israel, que dejó a seis personas muertas y 33 heridas en la fiesta de cumpleaños de una joven judía. La ocupación de la ciudad cisjordana representó tres nuevos muertos para la estadística de la Nueva Intifada.
El ejército se justificó diciendo que el militante árabe que llevó a cabo el ataque en la ciudad israelí de Hadera era del poblado palestino de Tulkarem y había entrado a territorio israelí como parte de una "amplia infraestructura para realizar actividades terroristas".
Fuentes médicas confirmaron anoche la muerte de un palestino que había resultado herido gravemente en un enfrentamiento con soldados israelíes en Tulkarem. Poco antes, tropas hebreas habían matado a dos palestinos en otro tiroteo ocurrido en la ciudad cisjordana de Ramala, según fuentes militares israelíes.
El Estado a cualquier precio
El presidente palestino, Yasser Arafat, confinado por Israel en sus oficinas en Ramala, condenó la incursión de las tropas judías y reiteró que buscará la creación de un Estado palestino -con Jerusalén Oriental como su capital- aunque esto le cueste la vida. "No sabemos retirarnos, sabemos avanzar", afirmó Arafat en unas apasionadas declaraciones a un grupo de intelectuales palestinos reunidos en Ramala. "El Estado palestino se establecerá con al-Quds al-Sharif -Jerusalén Oriental- como su capital. Por Dios que lo veré, martirizado o vivo", dijo al grupo durante una visita de solidaridad.
Los israelíes "han cruzado todas las líneas rojas y nuestro pueblo no puede mantener los ojos cerrados ante esos intentos israelíes", agregó. Según testigos, las fuerzas israelíes ocuparon posiciones en todo el poblado de Tulkarem, en el norte de Cisjordania.
A medida que las tropas israelíes avanzaban, algunos palestinos salieron de sus casas en desafío a un toque de queda, y grupos de palestinos armados dispararon contra los soldados en la zona este de Tulkarem. "El ejército israelí entró en Tulkarem desde todas partes y comenzó a ocupar casas y a colocar barricadas e imponer puntos de inspección dentro del pueblo", aseguró el gobernador de Tulkarem, Izz al-Din al-Sharif.
En tanto, el ex presidente estadounidense Bill Clinton, quien realiza una visita de dos días por Israel, calificó los 16 meses de violencia como un "terrible error" e instó a ambas partes a no perder de vista las oportunidades de alcanzar la paz. "Necesitamos un proceso que ponga fin a la violencia y el terror para restaurar la confianza necesaria a las negociaciones, hacer que ambas partes quieran apartarse de las acciones violentas unilaterales para avanzar unidas hacia un futuro de paz", aseguró Clinton en la Universidad de Tel Aviv.
El intento de Clinton de supervisar un acuerdo final de paz fracasó en julio de 2000 tras maratónicas negociaciones en Camp David entre Arafat y el entonces primer ministro israelí Ehud Barak. Clinton, que patrocinó acuerdos de paz interinos en el Medio Oriente durante su gobierno, hizo las declaraciones antes de reunirse con el canciller Shimon Peres durante una visita de dos días a Israel.
El ex presidente estadounidense expresó que militantes islámicos, con apoyo popular, constituyen una grave amenaza al liderazgo de Arafat. "El tiene competidores por el poder dentro de los propios palestinos. Eso complica su situación", señaló. "Por otra parte, él también tiene la única fuerza policial organizada en Cisjordania y Gaza y algunas personas muy capaces de ayudarlo, por eso creo que hay un poco de capacidad para reducir la violencia", agregó. (Reuters y DPA)