Las discusiones en el gobierno sobre la compensación que recibirán los ahorristas por la pesificación de los depósitos demoraban anoche la redacción de las circulares que entre hoy y mañana debería estar enviando al Banco Central con el nuevo régimen para el corralito financiero. El Ejecutivo recogió ayer el respaldo de la Unión Industrial Argentina y otras entidades empresarias a la medida. Anoche, el equipo económico seguía analizando un método de actualización para los depósitos que se devolverán en pesos. Una de las alternativas era la introducción de un índice de actualización, que debería estar formulado de tal manera que no contradiga la ley de emergencia pública que impide la indexación. Otra posibilidad es establecer un mecanismo de ajuste en base al dólar futuro. Sin embargo, una versión inquietante trascendió respecto de las discusiones que se están realizando en Economía. Habría una ofensiva sobre el ministro Remes Lenicov para que la pesificación se realice uno a uno, lo cual licuaría aún más los activos de los ahorristas. Esta movida estaría vinculada a las presiones de los propios bancos, cuyas acciones subieron ayer en la Bolsa. De hecho, los estrategas de Economía están definiendo por estas horas temas claves para confluir en el plan económico definitivo que debe presentar al FMI. Estas son: la reforma de la carta orgánica del Central y la de la ley de quiebras, que están en el Congreso; el presupuesto (el secretario de Hacienda enfrió las versiones sobre su inminente presentación y aseguró que se incluirá en la ley de leyes el pago de los intereses del canje de deuda doméstica); la pesificación de los depósitos y la imposición del impuesto especial a las exportaciones de petróleo. El ministro de la Producción, José Ignacio de Mendiguren, calificó el paso de dólares a pesos como "la clave para el inicio del crecimiento". La medida recibió ayer el apoyo de la cúpula de la Unión Industrial Argentina (UIA), que se reunió con el presidente Eduardo Duhalde, y de la Cámara Argentina de la Construcción Lo que está en juego es la reestructuración del sistema financiero. En la pulseada, la gente de Remes se mantiene on line con técnicos de organismos multilaterales de crédito y con funcionarios de países que han tenido que llevar adelante reformas financieras, como Brasil y Chile. El ala política del gobierno presiona por una definición urgente de la flexibilización del corralito, que permita además inyectar pesos a la alicaída economía. El ministro Remes Lenicov no quiere dar pasos en falso y prefiere tomarse su tiempo. El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, dijo que el gobierno "estudia por un lado la posibilidad de una unidad indexatoria y, por el otro, un mercado de divisas a futuro que permita generar un mecanismo de traslación de pesos a dólares". El funcionario señaló que la primera fase que adoptará el gobierno en su batalla por reestructurar el sistema financiero será la restitución de los medios de pago, con la intención de reactivar la economía. Con la recesión a pleno, la inflación de la primera quincena de enero se ubicó entre el 1,5% y el 1,9%, mientras que el dólar volvió a bajar ayer respecto del peso. Por otro lado, el secretario de Agricultura, Miguel Paulón, se reunió ayer con representantes de las Bolsas de Cereales para destrabar la operatoria del mercado granario. El jefe de Gabinete estimó que "la liquidación de divisas del sector exportador de cereales y oleaginosos en este cuatrimestre puede alcanzar entre 5.000 y 7.000 millones de dólares". El gobierno quiere avanzar en una monetización administrada, con el corralito como aliado. Ayer hubo una cumbre de autoridades parlamentarias para destrabar la reforma de la carta orgánica del Central, que habilita a la autoridad monetaria a emitir, pero también a asistir a los bancos en problemas. En medio de las fuertes discusiones que se dan en el gobierno por estas horas, el Ministerio de Economía debió desmentir la intención de fusionar al Banco Nación y los bancos de provincia en un sólo Banco Federal.
| |