Año CXXXV
 Nº 49.367
Rosario,
martes  22 de
enero de 2002
Min 17º
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Urgencias en las provincias

Los gobernadores intentarán esta semana sellar algunos acuerdos clave con el gobierno nacional. De los resultados de ese diálogo depende, en muchas provincias, agobiadas por la falta de recursos y la parálisis extenuante de las economías regionales, el mantenimiento de la paz social. El tema central de la inquietud de los mandatarios pasa por llevarse un compromiso de la Nación que les garantice que recibirán los fondos necesarios para, al menos, pagar en tiempo y forma los salarios de sus empleados. Decidido ya que se mantendrá el recorte en la coparticipación federal y que los fondos se enviarán a medida que se recaude, el compromiso político del presidente Duhalde de no aplicar dicha reducción choca con la imposibilidad que ahora le plantean los números. Otro objetivo de los gobernadores es conseguir la pesificación de todas las deudas de las provincias, negociación que esta bien encaminada con los bancos y que casi con seguridad llegará a buen puerto. Esa pesificación se podría hacer al cambio oficial, es decir a 1,40 peso por dólar. Sin contar los bonos de variados colores hay en danza, las provincias adeudan a los bancos alrededor de diez mil millones, más de dos mil millones del Fondo Fiduciario. Las provincias presionan a la Nación para que la pesificación se haga 1 a 1, pero eso complica la relación del gobierno central con los bancos. Y en este momento, Duhalde y sus ministros quieren que el tránsito económico tenga la menor cantidad de nubarrones adicionales posible. Sin embargo, resolver estas cuestiones es trascendente. Tucumán, Chubut y Río Negro ya se han declarado en default, y podría haber más casos. En otras, la situación social es un polvorín que puede estallar en cualquier momento y, en las que la situación está algo más equilibrada, se hacen desesperados esfuerzos por garantizar que las cosas no salgan de cauce. En ese marco, entonces, no es difícil comprender por qué es tan importante que, al menos, los gobernadores sepan que podrán garantizar el pago de los salarios. Si logran arrancarle ese compromiso al gobierno nacional habrán dado un paso fundamental.


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