Washington. - Tras el desvanecimiento sufrido en la noche del domingo, el presidente estadounidense George W. Bush apareció ayer en público con un arañazo en la mejilla. "Me siento estupendo", expresó el mandatario ante la Casa Blanca, antes de embarcarse en un helicóptero, en una gira de dos días por los Estados de Illinois, Missouri y Lousiana. Bush perdió el conocimiento brevemente, tras haberse atragantado con una galleta. "Mi madre siempre me dijo: cuando comas una galleta, masca antes de tragar. Haganlé caso a vuestra madre", dijo.
Bush bromeó sobre el incidente, al salir de la Oficina Oval en dirección a su helicóptero, diciendo que se había caído y cuando despertó encontró a sus perros, Barney y Spot, mirándolo preocupados. Al preguntársele qué le había sucedido, Bush respondió: "Me caí al suelo y desperté y ahí estaban Barney y Spot mirándome muy preocupados. No me di cuenta de lo que pasó hasta que me miré en el espejo. Mis gafas me cortaron el lado de la cara".
Mirando fútbol por televisión
El jefe de Estado, de 55 años, que observaba en ese momento un partido de fútbol americano por televisión en la Casa Blanca, cayó del sofá y se lastimó el labio y la mejilla con el golpe sobre la alfombra, según informaron varios medios de comunicación estadounidenses.
El mismo Bush llamó a la enfermera de servicio luego de recuperar el conocimiento. En el momento del incidente se encontraba solo en la habitación. El médico que concurrió a atenderlo, Richard Tubb, lo examinó detenidamente y comunicó que el presidente se encontraba bien.
Tubb explicó que desde hace tres días Bush no se sentía bien y eso, además del hecho de haberse atragantado con un bretzel (galleta salada), condujo a que su frecuencia cardíaca disminuyera transitoriamente, conduciendo al desmayo. Tras despertarse, Bush determinó que había estado desmayado tan sólo brevemente porque sus perros se encontraban en la misma posición, le dijo al médico, según el canal MSNBC.
El desmayo, debido a la disminución del ritmo cardíaco, según Tubb, es una circunstancia que no tiene por qué volver a repetirse. El desmayo, añadió, no implica un cuadro de estrés o un exceso de trabajo. Exámenes médicos previos demostraron que el presidente estadounidense se encuentra en excelente estado de salud para un hombre de 55 años. (DPA y Reuters)