La defensa de Safiya Husaini, una joven nigeriana acusada de adulterio y condenada a la lapidación por parte de un tribunal islámico, logró que el debate sea postergado hasta el próximo 18 de marzo con una nueva versión de los hechos. Según el abogado Abdulkadir Imam, el padre de la niña nacida de una presunta relación extraconyugal sería en realidad el último marido de Safiya, del cual se divorció recientemente.
La mujer había declarado anteriormente que la niña de 11 meses, Adama, fue concebida durante una violación. En la primera audiencia de apelación en Sokoto, en Nigeria septentrional, el abogado explicó que Safiya, de 35 años, fue obligada a declarar por la fuerza, en ausencia de un defensor. "En ese momento, no entendía la naturaleza ni las consecuencias del crimen del que se la acusaba, ni tampoco las preguntas que se le hacían", argumentó.
Condenada tras dar a luz
Safiya fue condenada a muerte en octubre pasado por un tribunal islámico, el cual constatando que había dado a luz a una niña en febrero de 2001, cuando se había divorciado, la declaró culpable de adulterio. Según la sharia (ley islámica), reintroducida en el 2000 en varios estados del norte de Nigeria, una mujer casada por primera vez, aun si después se ha divorciado, comete adulterio si tiene relaciones sexuales sin casarse nuevamente. El embarazo es la única prueba necesaria.
Safiya se casó por primera vez cuando tenía 12 años, por poco tiempo, y después otras dos veces más. Actualmente tiene cinco hijos. En su declaración anterior había dicho que, después de su último divorcio, había rechazado las propuestas amorosas de un hombre de edad avanzada de su pueblo, que entonces la atacó.
El abogado Imam basó su defensa también en el hecho de que la ley islámica no estaba todavía en vigor al momento del presunto delito. El retraso del proceso fue anunciado ayer por el presidente de la corte de apelaciones de la sharia del estado de Sokoto, Muhammadu Bello Silane, en una sala que estuvo colmada por activistas por los derechos humanos.
La imputada permanecía sentada en una sección reservada a las mujeres, con su hija en su falda. Adama lloró durante casi toda la audiencia y cada tanto se prendió al pecho de su madre.
El caso de Safiya Husaini provocó una gran conmoción en muchos países. La embajada nigeriana en Roma fue inundada por pedidos de clemencia de todo el mundo, también por e-mail, y el miércoles pasado centenares de antorchas se encendieron delante de la sede diplomática para salvar la vida de la joven mujer.
El gobierno del presidente nigeriano Olusegun Obasanjo, un cristiano, se comprometió a trabajar en su favor. En tanto, anteayer, los más de setenta diputados europeos que conforman la Asamblea Parlamentaria EU-ACP (Africa, Caribe, Pacífico) pidieron el perdón para Safiya en una carta dirigida a Obasanjo. (Ansa)