El congelamiento de los ahorros pretende salvar del colapso a los ya debilitados bancos argentinos, pero la medida podría acarrear males mayores de los que puede resolver al acentuar la desconfianza de los ahorristas.
Con el recuerdo fresco de cuando el ex presidente Carlos Menem congeló en 1989 los depósitos para evitar una fuga de capitales y convirtió esos fondos en bonos que fueron cambiados tiempo más tarde, en el denominado "Plan Bonex", los argentinos prefieren guardar sus ahorros bajo el colchón.
Los ciudadanos se muestran temerosos en medio de una traumática devaluación de la moneda local y luego de que el país entrara en cesación de pagos, y pese a las restricciones bancarias existentes intentan sacar sus depósitos de las entidades financieras.
Un nuevo golpe a la confianza de los argentinos se registró el jueves, cuando el gobierno endureció una serie de restricciones bancarias, decretando que los bancos deben convertir los fondos depositados en cajas de ahorro o cuentas corrientes, en plazos fijos y que los fondos en dólares no serán devueltos a los ahorristas hasta enero de 2003.
"Nadie va a hacer un plazo fijo nunca más en Argentina. Los bancos no podrán prestarle dinero a nadie más. Por lo tanto, no habrá más crédito en Argentina", advirtió Christopher Ecclestone, analista de Buenos Aires Trust.
"La falta de depósitos se traduce en la falta de préstamos. Cómo va a hacer la economía para sobrevivir sin crédito, la verdad que no lo sé", agregó. "Están pateando el problema para dentro de un año. ¿De dónde va a salir el dinero de acá a un año?", se preguntó.
La cuestión gira en torno a si los grandes bancos europeos con operaciones en Argentina estarán dispuestos a ayudar a sus subsidiarias locales, si los organismos de crédito, como el FMI, tomarán cartas en el asunto y si los bancos locales podrán recibir asistencia.
"Esto va a depender en gran medida de la actitud del gobierno", dijo un economista del sector público cercano a los gobiernos europeos. "Si el gobierno muestra que va a tratar mal a los bancos extranjeros, entonces, no habrá demasiados bancos extranjeros que quieran intervenir y recapitalizar a sus subsidiarias", agregó.
Con límites a la extracción de efectivo y un feriado cambiario total y bancario parcial que se inició el 21 de diciembre y finalizó el viernes pasado, los ahorristas no tienen demasiadas alternativas para proteger sus ahorros.
El futuro del sistema
"Mientras viva, jamás volveré a poner ni un solo peso en un banco", dijo el agente de bienes raíces Pablo Pechague, de 48 años. "Voy a depositar todo en Uruguay, donde hay un sistema bancario mucho más serio".
En una medida desesperada para proteger a los bancos de una corrida, todas las cuentas corrientes superiores a 10.000 dólares y las cajas de ahorro por encima de los 3.000 dólares serán convertidas en plazos fijos que no podrán ser tocados por lo menos durante un año.
La decisión ayudará a los bancos locales a mantenerse a flote, luego de que el gobierno obligara a las entidades a convertir a pesos las deudas de hasta 100.000 dólares en una paridad uno a uno con el dólar, antes de anunciar una devaluación del peso que lo llevó a 1,40 con respecto al dólar.
Algunos bancos estiman que tales medidas producirían perdidas de más de 15.000 millones de dólares, golpeando duramente al grupo español Santander Central Hispano (que en Argentina opera a a través de Banco Río), al también español Banco Bilbao Vizcaya Argentaria mediante su unidad BBV Banco Francés, y al local Banco de Galicia.
"Hay un riesgo significativo sobre el patrimonio del sistema financiero", escribieron en un artículo analistas de BNP Paribas. "Todo el sistema financiero necesitará alguna forma de compensación o un paquete de rescate del FMI o del Banco Mundial".
Al tiempo que crecían las especulaciones sobre las potenciales pérdidas del sector, el Banco Galicia se vio obligado a publicar un anuncio en los diarios aclarando que tiene suficiente patrimonio para asegurar su solvencia.
Analistas señalan que algunos bancos extranjeros dejarían de operar en Argentina como consecuencia de la reducción de los márgenes de ganancias.
"La economía argentina está muerta, la situación mundial tampoco ayuda, y no tiene sentido entregar recursos para salvar un mercado marginal", opinó Walter Molano, analista de BCP Securities en Estados Unidos. "Por ende, no me sorprendería ver a los bancos extranjeros irse de Argentina. Hicieron una apuesta y perdieron", agregó.
Forestación en la city
Como en una película ya vista, algunos se alarmaron por los límites draconianos, que provocaron el regreso de los famosos "arbolitos", personajes que ofrecen con susurros la compra-venta de dólares en las calles de Buenos Aires.
"Esto es peor que el Plan Bonex. Torna imposible hacer cualquier operación a través de los bancos", dijo un arquitecto de 45 años, luego de sacar lo que pudo de un banco. "Después de una nueva medida surge un mercado negro, pero somos expertos en eso", concluyó. (Reuters)