Juan Salinas
El ministro del Interior, Rodolfo Gabrielli, asegura que el gobierno se mantendrá firme en defensa de los intereses nacionales y empeñado en la construcción de una nueva alianza con los sectores de la producción y el trabajo, en detrimento de un sector financiero que, considera, ha perdido protagonismo. En una entrevista con La Capital. adelanta que ya ha comenzado a estudiar, una por una, la situación de cada provincia, opina que éstas deben dejar de pagar de inmediato sus deudas y declarar el default para abocarse de inmediato a reordenar sus deudas y demanda comprensión y tiempo para que la economía pueda reactivarse, lo que cree puede lograrse con una muy medida inyección de Lecop. -Usted fue nombrado ministro por el efímero presidente Rodríguez Saá y confirmado en el cargo por Duhalde, lo que parece indicar que cuenta con el consenso de los gobernadores para ocupar el cargo. -Los gobernadores saben que conozco y entiendo los problemas de las provincias porque he sido gobernador. Las provincias atraviesan una situación muy difícil, reflejan, con sus particularidades, lo que sucede en toda la Nación. Tengo claro que así como la Argentina entró en default, esto es, que no va a volver a pagar ni los intereses ni el capital de su deuda hasta que no tenga un programa sustentable que lo permita, las provincias tienen que hacer lo mismo. Tienen que seguir los mismos pasos que la Nación. Hasta el día de hoy, las provincias todavía siguen pagando algunas deudas. El primer paso que tenemos que dar es que las provincias dejen de pagar sus deudas hasta que se las reordene. -¿Cuánto tiempo puede demandar ese proceso? -Lo tienen que hacer junto con la Nación. El gobierno ya dio el primer paso: fue una devaluación que vuelve más competitiva la economía. El paso siguiente es tener un presupuesto signado por una férrea disciplina fiscal, una señal que se tiene que dar al mundo económico, una señal acerca de que vamos a trabajar con seriedad. Detrás de esto, y como no hay más convertibilidad, hay que tener un programa monetario que sea compatible con el programa fiscal y con un programa económico que, más allá de que tengamos otro dólar, debe tener estabilidad en su funcionamiento. -¿La clave de la estabilidad que se persigue es la recuperación de la capacidad del Estado de recaudar impuestos? -Esta es la etapa siguiente. La recaudación va a mejorar en la medida en que la economía se empiece a estabilizar. Cuando Argentina tenga un plan económico sustentable va a poder renegociar, con una asistencia financiera del Fondo, la reestructuración integral de su deuda. Y las provincias tienen que seguir el mismo recorrido. Con sus características, porque hay situaciones muy distintas: hay provincias que no pagan sueldos desde noviembre, y también están las que están al día. Hay de todo. Cada provincia es un caso puntual, y es así como estamos trabajando. -¿Qué es lo que se está haciendo? -Primero estamos pagando con Lecop las deudas pendientes al 31 de diciembre pasado. Deudas que tienen que ver con la garantía de la coparticipación más los compromisos que se firmaron durante los últimos días del gobierno de De la Rúa. Esto se terminará de pagar durante esta semana y las dos siguientes. Será una transferencia de cerca de 800 millones de dólares. Mientras tanto estamos haciendo otro programa para pagar otras deudas que la Nación tiene con las provincias. -¿Qué se va a hacer con los distintos bonos provinciales en circulación? ¿Se los reemplazará por Lecop? -Sí, se pondrá en marcha un plan para rescatarlos. Tenemos que lograr una rápida normalización del funcionamiento de la provincias e ir logrando al mismo tiempo que las economías regionales sean más competitivas. La Argentina llegó a una situación de bancarrota, de quiebra. Nos quedamos prácticamente sin reservas y sin sistema financiero. Nos quedamos sin actividad productiva. No es una situación que pueda arreglarse de un día para otro: es un proceso lento. -¿El gobierno tiene tiempo suficiente? -El país necesita un cambio, un cambio drástico... Lo que ha ocurrido me parece que lo saben todos. Es una situación que se arrastra desde el año 99, pero en un país que funcionaba. Transcurrieron dos años en los que hubo una cantidad de errores muy importantes, y la situación se deterioró hasta el extremo. -Un diputado denunció que mientras el pueblo en las calles acababa con el gobierno de De la Rúa, una enorme cantidad de camiones transportadores de caudales iba a Ezeiza a embarcar su carga en aviones. ¿Cuál es la responsabilidad del sector financiero? -Este gobierno ha tomado una decisión: construir una alianza entre el sector político, el Estado y los sectores productivos, de la producción y del trabajo, en reemplazo de una vieja alianza que ha dominado en la Argentina de los últimos años. El sector financiero tiene problemas que involucran a muchísima gente. Cuando un banco se cae afecta a miles de ahorristas, no es como cuando una empresa cualquiera entra en convocatoria de acreedores. Lo que se busca es que el sistema financiero siga funcionando, porque si diez bancos se cayeran de golpe sería una hecatombe. -¿Qué tratamiento se dará a los casos de pobreza extrema? -Estamos transitando un camino de cornisa. Tenemos que atender las urgencias de manera perentoria. Hay que dar una respuesta rápida en el terreno social a través de los planes de empleo y de emergencia alimentaria. Esto ya está en marcha y cuenta con un apoyo absoluto por parte de la Iglesia. Es la prioridad que nos ha señalado el presidente.
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