José María Petunchi Mario Candioti
Nunca está dicha la última palabra. Al menos esa es la frase que puede definir el tan "conversado" viaje del plantel profesional de Rosario Central hacia la ciudad de Tandil para realizar una pretemporada que comenzará mañana y se extenderá hasta el 26. Es que después de arduas negociaciones entre la directiva y los futbolistas, estos finalmente accedieron a trasladarse hacia la provincia de Buenos Aires, a donde viajarán hoy después de almorzar. "No voy a hablar de cifras, sólo voy a decir que llegamos a un acuerdo y que hubo muy buena voluntad de ambas partes", resumió el secretario de Rosario Central Néstor Mascó a Ovación luego de la reunión que, junto al tesorero Jorge Sauan, mantuvo con varios de los futbolistas del plantel profesional canalla en el mediodía de ayer, entre quienes se encontraban Laureano Tombolini, Daniel Quinteros, Javier Cappelletti, Ricardo Canals, Líber Vespa, Diego Erroz, Pablo Vitamina Sánchez, Hernán Castellano y Javier García, entre otros. El puntapié inicial para la resolución del conflicto la dieron los mismos jugadores que sólo 24 horas antes habían endurecido su postura y se mantenían en su tesitura de no viajar. Es que a esa reunión los jugadores fueron con una posición conciliadora y una propuesta concreta. La misma consistía en viajar a la pretemporada luego de tener la certeza de que a la vuelta cobrarían el sueldo. Es decir que aceptaron recibir cheques por el sueldo de noviembre los que los podrán hacer efectivos a la vuelta de Tandil. "Lo que buscábamos era una garantía de cobro", argumentó Vitamina Sánchez, uno de los que participó de las reuniones pero que, sin embargo, quedó al margen de la pretemporada. En tanto, Tombolini -el vocero oficial del grupo- dijo que "la intención era cobrar el sueldo cuando volvamos de la pretemporada. Asegurarse de llevarse unos pesos al bolsillo y no quedarse con las manos vacías". Central había iniciado el pasado jueves su trabajo en la ciudad con vistas a la temporada 2002 y tenía todo planificado para viajar hoy a Tandil. Sin embargo, los jugadores dieron una primera señal de alerta cuando dejaron en claro que no viajarían si no se les abonaba al menos un sueldo (el plantel debe cobrar aún los meses de noviembre y diciembre más el aguinaldo). En un primer momento los futbolistas pretendieron saldar en efectivo parte de esa deuda, algo que los dirigentes consideraron como imposible debido a la difícil situación económica del país -corralito mediante- y de la entidad. Incluso, desde el seno mismo de la comisión directiva llegó a afirmarse que si era necesario suspender la pretemporada, se haría. De todos modos, los mismos dirigentes se mostraron esperanzados en que los jugadores revertirían sus posturas y llegaron con una propuesta más que optimista a la jornada del viernes. Allí, los jugadores parecieron mostrarse más flexibles tras la práctica matinal pero, tras una reunión entre todos los futbolistas -y en la que habrían terciado y volcado opiniones algunos de los más experimentados-, el capitán Laureano Tombolini asumió la voz del equipo y dijo que "tuvimos una reunión por la tarde y en ella se determinó que el dinero para la pretemporada -alrededor de 20 mil pesos- sea empleado para distribuir en el plantel. Preferimos ahorrar esa plata". Incluso el propio técnico Daniel Teglia habría dado su conformidad y respaldado la decisión del plantel. La noticia les cayó como un balde de agua fría a los dirigentes, quienes estaban convencidos de que la realización de la pretemporada sería muy productivo para rearmar un grupo que tendría que afrontar un año competitivo muy exigente. Por eso decidieron hacer un último intento, llevando una propuesta que debía ser superadora. Y cuando parecía que todo era cosa juzgada, los futbolistas revirtieron su postura y hoy emprenderán viaje a Tandil, donde permanecerán por espacio de 12 días. Pero como le cuesta horrores a Central, todavía faltaba la última perlita del día. Y se dio ayer antes del entrenamiento, cuando los jugadores volvieron a reunirse y por espacio de casi 25 minutos le expusieron la situación al grupo, "como para que cada uno diga su posición", aclaró Tombo. Al final, y más allá de los dimes y diretes, la situación se destrabó y el plantel viaja a Tandil. Pero más allá de que Mascó haya sentenciado que "empezamos bien el año y tengo que reconocer el esfuerzo de todos", la realidad apunta a que el 2002 será un año tan complicado para los canallas como para toda la sociedad trabajadora argentina.
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