Eructos, vómito y hedores corporales. No hay límites en la exhibición de "Grosología" de Singapur que explora y muestra la nauseabunda ciencia del cuerpo humano. Los niños disfrutan mucho de la exhibición, pero los adultos todavía manifiestan recato ante las funciones íntimas del cuerpo, cuyas expresiones se explican y detallan allí, y consideran que las exhibiciones son de poco gusto.
La pulcra ciudad de Singapur, que prohibió hace tiempo escupir en las calles y pone multas por no descargar los inodoros, es el segundo lugar, después de Canadá hace cinco años, en autorizar este tipo de exhibición. Muestra que se diseñó para ayudar a la gente a comprender y tal vez a lidiar mejor con sus funciones corporales, dijo Chew Tuan Tiong, presidente ejecutivo del Centro de Ciencias de Singapur, que es la sede de la exposición.
"Los visitantes se irán con la idea de que todas estas funciones vulgares del cuerpo son muy importantes realmente y tienen un propósito fisiológico", subrayó Chew.
La exposición de cuatro meses tiene un costo de 543.000 dólares y ha atraído a 70.000 visitantes hasta la fecha. "Grosología" continuará hacia Taipei, Seúl y Hong Kong después de concluir el 4 de marzo en Singapur.
Posibilidades
Los niños se pueden subir en una pared de hule que imita la piel para explorar las verrugas y las espinillas. También hay un pasadizo cavernoso a través de las fosas nasales para que los visitantes puedan sentir la respiración y los estornudos.
Los visitantes pueden poner a prueba su sentido del olfato y aprender sobre las bacterias que causan los olores. Para esto han de aspirar botellas no marcadas que contienen efluvios de la boca, los pies, el ano y las axilas.
La exhibición profundiza en los aspectos físicos, aromáticos e incluso de sonido de las flatulencias. Los visitantes pueden tirar de unas palancas en las máquinas de vómito y eructos para obtener un efecto máximo. Las paredes aparecen adornadas con detalles peculiares del cuerpo humano.
"Muchas de estas funciones están vinculadas al crecimiento de los niños, así que ellos se sienten como en casa", dijo Chew. "Quienes más se benefician son los adultos, pero estos hechos no son fáciles de asimilar", concluyó. (Reuters)