La investigación del crimen del joven Maximiliano Infante, ocurrido el jueves a la mañana en el barrio de Fisherton, dio ayer un inesperado giro con la detención de un nuevo sospechoso de haber participado en el episodio y con el secuestro de la presunta arma homicida. La policía ahora está tras los pasos de otro hombre apodado el Correntino que también habría tenido una participación directa en el intento de asalto que finalmente derivó en asesinato. Según voceros policiales, el caso parece tomar un nuevo rumbo a partir de la declaración de una mujer que aportó información sobre los verdaderos autores del asalto que le costó la vida al joven Infante. La testigo, que vive en el barrio 7 de Septiembre y cuya identidad permanece en reserva, contó a los investigadores de la seccional 17ª que escuchó versiones de que dos jóvenes vecinos suyos habían sido los autores del homicidio y que estaban muy asustados y con miedo "de que la policía les cayera encima". La mujer aportó nombres, apodos y algunas direcciones de donde se podrían encontrar los sospechosos. Esos datos fueron aportados al juez de instrucción Carlos Triglia, quien firmó seis órdenes de allanamientos que finalmente se concretaron en forma simultánea a partir de las 14 de ayer. El operativo policial fue coordinado por el titular de Inspección de la 2ª Zona, comisario Luis Selak, y participaron unos 30 uniformados de la Agrupación Orden Público, del Comando Radioeléctrico y de varias seccionales que prestaron apoyo. Cinco de esos allanamientos dieron resultados negativo, pero uno dio con uno de los sospechosos. En una vivienda del pasaje 1441 (Martínez de Estrada al 7900), en el barrio 7 de Septiembre, la policía arrestó a un hombre identificado como Gustavo Carlos Martinotti, de 28 años, apodado Toro e integrante de la barra brava de Rosario Central. En esa casa y en un galpón contiguo fueron incautados un revólver calibre 32 largo marca Italo, una moto Honda Biz roja patente CGH692, ropa y una bordeadora de césped. La máquina no sería un detalle menor en la investigación. Según el relevamiento de testigos, uno de los hombres que estaba a bordo de la moto desde donde dispararon a Infante llevaba colgado en su espalda un aparato similar. La hipótesis que tiene la policía es que los imputados pudieron hacerse pasar por jardineros y haber disimulado tareas de desmalezamiento de cordones o veredas mientras esperaban la llegada de sus víctimas. Al ser detenido, Toro habría reconocido su participación en el crimen, aunque aclaró que no había disparado sino que manejaba la moto. "Le echó el fardo a su compañero, un tal Correntino", agregó una fuente de la investigación. Esa persona por ahora permanece prófugo, pero la policía implementó un operativo de vigilancia en la terminal de ómnibus ante el temor de que viaje hacia esa provincia mesopotámica. "Tememos que haya partido anoche mismo (por el viernes), pero igual se reforzó la vigilancia en la terminal", confió el portavoz. El jueves a la noche, el Comando Radioeléctrico detuvo en Maradona al 900 bis a Domingo Javier Bento y Ramón Enrique Figueroa, a quienes se señaló como los responsables del crimen. A la luz de los hechos, es probable que ambos queden desligados de los cargos que se le imputaban.
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