Conmovido por el cacerolazo de la madrugada de ayer y temeroso de agravar la depresión económica, el gobierno estudia mecanismos para flexibilizar el uso de fondos inmovilizados en el sistema bancario. Fiel a la estrategia que viene utilizando desde que asumió, el equipo de Jorge Remes Lenicov dejó trascender que abrirá algún hueco al corralito financiero, un día después de haberlo cerrado bajo siete llaves. Siempre, claro está, en la dirección de pesificar la economía.
Esa es la línea que trazó, al menos, el viceministro de Economía, Jorge Todesca, cuando aseguró que el presidente Eduardo Duhalde analizará durante el día de hoy medidas tales como la posibilidad de liberar parcialmente los depósitos a plazo fijo hasta 10 mil dólares, previa pesificación a 1,40. Además, indicó, se estudiarán instrumentos para ampliar el espectro de transacciones dentro del sistema financiero.
En un camino riesgoso, porque juega con la paciencia de la gente, el gobierno logró ayer que la sequía de plata en el sistema y fuera de él limitara las operaciones en el mercado libre de cambios, donde si bien la divisa llegó a cotizar a 1,75 o uno 1,80, el volumen operado fue de poca magnitud y fundamentalmente con signo vendedor. Es decir que fueron menos los que corrieron a comprar dólares y más los que estuvieron dispuestos a deshacerse de ellos, con tal de conseguir pesos para atender sus necesidades cotidianas.
Este pequeño respiro le costó al gobierno el primer cacerolazo de su gestión y una jornada caótica en los bancos, que anoche seguían recibiendo las reglamentaciones del Banco Central. Combinado esto con una parálisis brutal de la cadena de pagos y un aquelarre de cheques rechazados.
El equipo económico analizó ayer por la tarde "la evolución de la marcha de los mercados y las dificultades que enfrentaron los ahorristas con las nuevas disposiciones financieras", de acuerdo a lo expresado por una fuente del Palacio de Hacienda.
Fuente que se mostró muy preocupada por la situación financiera porque las medidas que se tomaron como consecuencia del cronograma de devolución de los depósitos a plazo fijo tanto en pesos como en dólares "parecen no ser suficientes".
"La plaza está seca y hay que aportarle liquidez, y si alguien se perjudica, lo lamentaremos", comentó el informante, quien señaló que probablemente hoy se den a conocer otras medidas.
Efecto cacerola
Duhalde se reunirá hoy con el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, y el ministro de Economía, Jorge Remes Lenicov, para analizar la flexibilización del corralito.
"Es una cuestión que es motivo de nuestra preocupación e intentaremos buscar las múltiples alternativas necesarias para resolver el problema", dijo Capitanich.
Poco después, el viceministro de Economía aseguró que se podría anunciar la posibilidad de pasar a pesos plazos fijos dolarizados, transfiriéndolos a una cuenta para permitir extracciones de efectivo según las normas actualmente vigentes. "Esta medida permitiría brindar liquidez al mercado", dijo.
Todesca pasó la tarde de ayer reunido con el ministro de Economía, Jorge Remes Lenicov, el secretario de Hacienda, Oscar Lamberto, el de Finanzas, Lisandro Barry, y el administrador federal de Ingresos Públicos, Alberto Abad.
No sólo trataron el tema de las restricciones financieras. Además le están sacando punta al proyecto de presupuesto que deben enviar próximamente al Parlamento. Y lo hacen en medio de una realidad que indica una caja vacía y 5 mil millones de pesos en deuda flotante (inmediata) que deben atender.
Ya el jueves, el secretario de Hacienda advirtió a los gobernadores que se reunieron con el presidente Duhalde en la Residencia de Olivos, que los pactos fiscales firmados con las provincias con incumplibles. Ayer trascendió que se mantendría el recorte del 13% a estatales y jubilados y que el cálculo de recursos y gastos para el año próximo sólo prevé un leve crecimiento para el último trimestre. Los anteriores, se estima, seguirán siendo de malaria.
El presupuesto es condición necesaria para negociar un préstamo de 15 mil a 20 mil millones por parte de los organismos internacionales de crédito. Una ayuda que no vendría en el corto plazo. Sobre todo, luego de las declaraciones que hizo ayer la subdirectora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Anne Krueger.
Krueger torpedeó ayer las expectativas del gobierno al arremeter contra el régimen de cambio dual ideado por Remes Lenicov. "Es insostenible en el mediano plazo", dijo e insistió: "Habrá ayuda cuando exista un programa económico coherente".
La coexistencia de un cambio oficial con un dólar libre fue una solución "transitoria" que diseñó el equipo económico, para mantener el control de la política monetaria hasta que se logre domesticar al monstruo económico. Pero el Fondo, que aunque cascoteado internacionalmente sigue siendo el mismo Fondo de siempre, se expresó desde el principio a favor de un único tipo de cambio, que no estuviera manipulado por el gobierno. La razón, entre otras, es que temen que el dólar oficial se utilice como una barrera proteccionista contra las importaciones de Estados Unidos.
Krueger, no obstante, anticipó que el próximo lunes llegará al país una misión para comenzar a discutir cuáles serán el conjunto de medidas que llevarán al país a un escenario de equilibrio fiscal. "Es prematuro hablar de una ayuda financiera, primero habrá que ver cuál es el plan", explicó la funcionaria.
A favor del gobierno juegan en esta partida, los constantes llamados de los mandatarios latinoamericanos al presidente estadounidense George Bush, presionando para que le preste ayude a la Argentina y aleje el fantasma de un efecto contagio que se los lleve a todos puestos. Ayer fue el presidente de Chile quien se comunicó con el texano. El día anterior, el canciller mexicano había hecho lo propio con el secretario de Estado estadounidense, Colin Powell.
La consultora Standard & Poor's aseguró ayer que los bancos extranjeros podrían perder más de 6 mil millones de dólares por la devaluación.
La Ciudad
