| | Editorial Contaminación visual
| Cualquier vecino que se asome a la ventana o el balcón de su casa se topará en esta ciudad con al menos un oscuro cable cruzando su espacio visual. Esa podría calificarse de situación ideal, porque en verdad lo más esperable es que el ojo deba enfrentar una maraña de cables de variado tamaño como si se tratara de una verdadera telaraña urbana. Quienes transitan por las calles céntricas sólo necesitarán levantar la vista para tener una idea cabal de lo expuesto. Tan acostumbrados y tan sobreexpuestos estamos a la contaminación visual que la soportamos como a una enfermedad crónica. Pero no debería ser así, porque existen políticas de control y normas que reglan el modo de efectuar los tendidos, trátese de cables de alta tensión, cableado de la empresa de energía como de televisión por cable y de telefonía. En su momento, para el cableado de televisión se establecieron sectores del centro donde debía efectuarse en forma subterránea para evitar la proliferación de postes en la vía pública. También se llegó a consensuar la idea de que los cables compartieran los soportes del cableado de la EPE, especialmente ahora que están dadas las condiciones de seguridad. Por cierto, las prevenciones para poner freno a la molesta contaminación visual tanto de postes como de cables no tuvo a los barrios como destinatarios. Hace ya muchos años que en las áreas de Obras Públicas y de Planeamiento de la Municipalidad como en las correspondientes comisiones de trabajo del Concejo Municipal se discutieron proyectos tendientes a que todos los servicios mencionados pasen en forma subterránea por las veredas. De tal forma, para realizar reparaciones o controles técnicos bastaría con levantar losetas movibles en el sitio indicado. Se evitarían así las permanentes excavaciones que terminan por hacer pensar a los vecinos que estamos en la ciudad de los topos. Esta modalidad podría aplicarse en forma paulatina hasta abarcar todo el ejido urbano. Antes de que tantos cables y postes, incluidos los de los carteles publicitarios, terminen por convertir a la ciudad en una pajarera.
| |
|
|
|
|
|
Diario La Capital todos los derechos reservados
|
|
|